miércoles, 26 de mayo de 2021

COMO CONVERTIRSE EN UN ADULTO MADURO

 

Las Naciones Unidas declararon 1999 como año internacional de las personas mayores. Los principios adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas para dar cumplimiento al lema elegido, "hacia una sociedad para todas las edades", se pueden resumir en cuatro aspectos: buscar la independencia de las personas de la tercera edad, propiciar sus cuidados adecuados, instrumentalizar medios para su autorrealización y potenciar su dignidad personal.

Durante las últimas tres décadas se ha registrado un aumento espectacular, en los países desarrollados, de las personas de sesenta o más años. Durante las dos primeras décadas de nuestro siglo, ese crecimiento del conjunto de la población mayor va a suavizarse. Pero durante los últimos quince años se ha producido un incremento muy rápido e importante del número de personas longevas, es decir, de aquellas que tienen más de 80 años.

Las tres etapas experimentales de la vida adulta.

Existen tres etapas en la vida de los adultos que definen en gran medida su comportamiento como consumidor, en sus actitudes a la hora de comprar. Son, en orden de su desarrollo, la Etapa del deseo de poseer, desarrollándose generalmente en la edad adulta; la Etapa de Experiencia Atendida, que se desarrolla generalmente durante los años cincuenta-sesenta años y la Etapa de la Experiencia, que generalmente se desarrolla a partir de los sesenta años.  

La primera etapa está fuertemente asociada con la necesidad de establecer la identidad como adulto y realizar acciones que le definen como tal. La segunda etapa, se disfruta de los beneficios que le ofrece la vida. Ya se ha pagado la hipoteca, los hijos ya son mayores y tienen vida propia. La tercera etapa es una época que en gran medida el individuo se vuelve antimaterialista y se transforma en una identidad humana más amplia.

Cuando los problemas complejos se definen en categorías simples, siempre existe el riesgo de que se realicen interpretaciones demasiado simples. Los seres humanos somos esencialmente complejos para proporcionar una respuesta adecuada a su comportamiento como consumidor de cualquier segmento del mercado. Sin embargo, la vida adulta refleja las influencias socioculturales y psicológicas en un individuo que se mueve hacia la madurez completa.

La hipótesis de la etapa de la vida trasciende la teoría de segmentación tradicional.

Cada etapa tiene enormes influencias en el comportamiento del consumidor, comenzando por la primera cuando los deseos de cosas hacen que los consumidores estén muy solicitados por las empresas de consumo o de servicios. Aquellos individuos incluidos en el tercer nivel a veces son vistos como personas enigmáticas enigmas por las empresas; incluso aquellos que tienen un alto poder adquisitivo son "clientes difíciles" para conocer exactamente lo que desean.

Sin embargo, existe por parte de los responsables de Marketing, una creciente falta de efectividad en los conceptos y estrategias de segmentación del mercado a medida que evolucionan los diversos caracteres tipológicos. Las diversas etapas de la vida ofrecen una nueva forma de ver a los consumidores que sobrepasan las ideas o formulas pretéritas sobre la segmentación del mercado.

Las distintas etapas de la vida son evolutivas.

La idea de que el comportamiento del consumidor está más fuertemente influenciado por la etapa experimental de la vida que por la edad de la vida en una evolución evidente. Los factores generalmente están relacionados con las categorías de estilo de vida que se reflejan en las tipologías de los consumidores, como las utilizadas, con mayor pronunciamiento más en los adultos jóvenes y de mediana edad que en los adultos mayores. No tendría mucho sentido para el experto en Marketing mirar más allá de la demografía y los patrones de estilo de vida porque estos expertos se dirigen—principalmente-- a grupos de consumidores cuyo comportamiento están fuertemente relacionados con los perfiles demográficos y los patrones de estilo de vida Las empresas de Marketing tienen en cuenta las limitaciones de la segmentación basada en la edad.

Las distintas etapas de la vida son un marco perfecto para las predicciones, pero no es una herramienta de predicción.

Las etapas experimentales de la vida proporcionan un marco perfecto para explorar por qué los consumidores se comportan como lo hacen, en contraste con las tipologías de estilo de vida que se centran más en lo que hacen los consumidores. En otras palabras, las hipótesis de la etapa de la vida están destinadas a ayudar a determinar los fundamentos de la motivación del consumidor y el compromiso de sus motivaciones, en lugar de limitarse a observar simplemente las decisiones finales impulsadas por sus motivaciones.

La vida experiencial no pretende ser una herramienta para predecir el comportamiento del consumidor, sino más bien como un marco contextual dentro del cual se pueden emplear otros factores para hacer predicciones perspicaces. La hipótesis aborda las raíces, más que los detalles, del comportamiento del consumidor.

Las tipologías de estilo de vida no reflejan factores motivacionales.

Las tipologías de estilo de vida convencionales no nos permiten definir una base experimental para los estilos de vida que las personas adoptan en diversos momentos de sus vidas. La hipótesis se ocupa de los orígenes de la motivación del consumidor en diversos momentos del desarrollo de la personalidad, en oposición a la tipología típica del estilo de vida, que se ocupa de los resultados de la motivación, sea cual sea su origen. Estas son distinciones importantes entre la hipótesis y las tipologías de vida. Estas diferencias van más allá de los significados más simples de las características demográficas, correlacionadas con las decisiones de compra, que comúnmente entran en la definición de un grupo tipológico dado.  La evolución de la vida de una persona tiene en cuenta que las experiencias pasadas tienen un papel importante, independientemente de los ingresos, la edad o la posición social.

Las tipologías de estilo de vida colocan a las personas en categorías de comportamiento ilógico

Según investigaciones realizada por muchos psicólogos que estudian el desarrollo de adultos, para el desarrollo y aplicaciones del Márketing Estratégico, la mayor cantidad de comportamiento de autorrealización se relacionan con los niveles de ingresos y educativos.  Una de las características de las personas estudiadas indicaba una fuerte inclinación hacia el comportamiento altruista, la antítesis de la autocomplacencia, una característica conductual atribuida a los que llegan a los más altos niveles de autosatisfacción y felicidad.  Por el contrario, los conservadores, presumiblemente menos probable que se conviertan en una autoactualización adulta, son fuertes candidatos para la auto orientación, la antítesis de una naturaleza que se niega a sí misma, que se atribuye a que los ingresos y los niveles educativos más bajos tienden a correlacionarse con los niveles más bajos de desarrollo de la personalidad.

Pedro Rubio Dominguez

Adulto senior (75 años)

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