domingo, 16 de mayo de 2021

MAS CAPITAL PARA LAS EMPRESA PRIVADAS

 


La Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) nace en 1986, sin ánimo de lucro, con la misión principal de desarrollar y fomentar la inversión en capital de compañías no cotizadas, así como la representación, gestión y defensa de los intereses profesionales de sus socios.

Su misión es:

  • Colaborar con la Administración para establecer y desarrollar el marco jurídico, fiscal y financiero adecuado para los inversores de capital de riesgo, así como para los destinatarios de la inversión.
  • Facilitar la posibilidad de inversiones conjuntas de los socios de la Asociación para las operaciones de capital riesgo.
  • Desarrollar y mantener un alto nivel ético y profesional en la gestión de todos los socios de conformidad con el Código de Conducta aprobado.
  • Organizar conferencias, seminarios, coloquios o cualquier tipo de reuniones relacionadas, directa o indirectamente, con la actividad de capital riesgo
  • Realizar y publicar informes, boletines, libros o estudios elaborados o financiados por la propia Asociación, o por aquellas entidades con las que la Asociación preste de algún modo su colaboración
  • Se ha demostrado ampliamente que es necesario más capital riesgo para incrementar el ahorro, y que ésta es la condición para la recuperación económica. En muchas economías industrializadas existe la necesidad de ampliar el potencial productivo a través de la inversión en nuevas líneas de producción, nuevos productos, nuevos procesos y mercados; todo ello implica un grado elevado de incertidumbre. Sin un ajuste cara al futuro parece que o hay posibilidad de crear puestos de trabajo adicionales, ni para la integración en el mercado mundial de los países en actual despegue industrial. Hay también acuerdo en que las fuerzas directrices de la recuperación deben proceder más de las empresas que de las políticas de empleo gubernamentales.

El problema de política económica que se debe resolver es un problema organizativo. La formación de capital y la asunción de riesgos empieza a merecer la pena, Las empresas privadas deben tener mejor acceso a los fondos que soportan el riesgo.

El riesgo económico ha aumentado a lo largo de los últimos años. El desarrollo económico mundial se ha vuelto muy inestable, mientras que las necesidades de capital riesgo aumentan. Por esto es por lo que surge un cuello de botella en la formación de capital-riesgo. Esto está relacionado, en primer lugar, con la formación insuficiente y el uso inapropiado del capital en su conjunto.

Un ejemplo destacado de despilfarro se puede apreciar en los cuantiosos apoyos que recibe España para el desarrollo y activaciones de nuevos sectores de la economía y que desgraciadamente vemos que no todo es invertido en aquellas empresas que lo demandaban sino que el uso y aplicación de estos fondos han desembocado en la inmensa caterva de corruptos que inunda nuestro país.

En estos últimos años, el mantenimiento del consumo y del despilfarro de los recursos ha estado financiado por créditos extranjeros, aumentando nuestra deuda pública que se sitúa en 1.188.892,93 millones de euros en diciembre de 2019.

Cuando un país deudor, como es el nuestro, se sitúa en los límites de la liquidez o de quiebra, quedan siempre involucrados los gobiernos de turno, los bancos o las instituciones monetarias que deben hacer uso debido de los capitales que se les confía.

Otro de los problemas que constituye un impedimento especial para la financiación de capital es de carácter institucional. Estas restricciones institucionales a la financiación con capital propio son pues, abundantes. Merece la pena destacar las regulaciones sobre el mínimo de capitalización para la incorporación y para la cotización en Bolsa, que excluye a las pequeñas empresas del mercado de capitales.

Una fuente de capital-riesgo para las empresas privadas muy poco utilizadas es la participación de los trabajadores y empleados, La idea es que otra forma posible de crecimiento de los salarios puede ser dado en forma de participaciones de capital a los empleados o en forma de participaciones permanentes en los beneficios de la empresa. El Instituto Europeo de Gestión Empresarial ha desarrollado un sistema de financiación para pymes-- sobre todo de nueva creación-- consistente en vincular las indemnizaciones por despido o reajuste de plantillas, creando los fondos de caución que permiten a la empresa contar con un aval crediticio que financie sus operaciones, sin acudir a empréstitos bancarios.

Cuanto más se aplique este sistema, más empleados podrán ser propietarios de su propia empresa. Pero existen impedimentos para implementar este sistema de autofinanciación, ya que los sindicatos no estarían dispuestos a aceptar que los fondos de los trabajadores se concentren de esta forma si no son controlados por ellos mismos.

Pedro Rubio Dominguez (MDI)

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