La crisis del coronavirus pasará... pero una de sus consecuencias quedará entre nosotros: la incertidumbre creciente, que en el mercado laboral implica, entre otras cosas, una gran dificultad para identificar las profesiones a las que debemos dedicarnos.
Mientras sigamos confinados, esperando el paso de una fase a otra, vivimos casi anestasiados, sin poder apreciar los cambios que se están produciendo en el mundo real y sus consecuencias, que forman parte de ese concepto perverso de la nueva normalidad.
Uno de esos cambios que afectará a nuestra vida profesional -y que dependerá en gran medida de los nuevos modelos de trabajo que se irán desarrollando- será la dificultad creciente para identificar las profesiones más demandadas y con éxito, porque esa incertidumbre creciente provocará un vaivén de sectores y negocios que aparecen y desaparecen, que suben y bajan, y nuevas formas de actividad que influirán en los puestos y perfiles más demandados.
Ya lo estamos viendo estos días: no hay demasiadas coincidencias entre lo que resulta esencial en términos laborales y lo que las predicciones sobre las profesiones y actividades con futuro pronosticaban hasta hace apenas dos meses. Profesiones a las que se ponía fecha de caducidad son ahora esenciales, de manera que seguir el rastro de todos los perfiles que hasta ahora se identificaban con el éxito no parece buena idea si queremos rastrear un puesto de trabajo que parezca mínimamente sostenible.
Los expertos sostienen que volveremos a volar y a viajar de un país a otro, que tarde o temprano mantendremos los hábitos, formas de vida y costumbres de antaño, lo que salvará algunos sectores que ahora parecen acabados.
También parece claro que necesitaremos a la ciencia, porque es la que nos dará una solución -vacuna y medicamentos- para vencer al virus origen de esta crisis global. Esto hace evidente que los profesionales sanitarios y los científicos se consideren esenciales. Son parte de la "S" de las profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), perfiles que tienen que ver con la necesidad de estudios científicos y técnicos que nos lleven a una vuelta a la economía real y a un patrón de crecimiento que no esté basado en servicios de poco valor añadido.
Las profesiones STEM siguen siendo -y lo serán aún más- un valor seguro, a pesar de que durante los últimos años hemos asistido a una preocupante escasez de alumnos en las carreras científicas, probablemente por un sistema educativo en el que prima el facilísimo y una sociedad poco favorable a los altos niveles de exigencia que requieren determinadas carreras.
Los expertos hablan ahora de una irrupción clara de la investigación, ehealth o telemedicina en el escenario de la nueva normalidad. Se habla de la emergencia de perfiles como el técnico de asistencia médica asistido por inteligencia artificial, ya que ésta permitirá desarrollar muchos de los trabajos que hoy realizan exclusivamente los médicos.
Si tratamos de descubrir las actividades y perfiles que tendrán éxito, hoy podemos concluir que todas las profesiones digitales y tecnológicas se pueden desarrollar desde cualquier punto del mundo, por lo que es posible detectar nuevas oportunidades en aquello que tiene que ver con los datos (desarrollo de todo tipo de proyecciones); con la inteligencia artificial (robots cuidadores) o las conexiones (asistencia a personas aisladas, ayudas para realizar tratamientos a distancia o contacto, y redes médicas que faciliten el trabajo de equipos diversos en diferentes países).
Es evidente que los datos se han convertido en el principal activo de las organizaciones. La óptima gestión de éstos requiere de un perfil profesional -el de científico de datos-, con curiosidad para explorar los problemas y sus soluciones, y con las habilidades técnicas para resolver cuestiones complejas.
Las empresas quieren profesionales que las asesoren durante esta reinvención. Se buscan ante todo reconstructores digitales con nuevas habilidades y que, ante todo, sepan hacer.
Una lista 'actualizada' por el coronavirus
A la multitud de listas sobre profesiones de futuro que pronostican perfiles de éxito se puede añadir una actualización "afectada" por el coronavirus. En esta nueva situación cambiante aparecen nuevos perfiles como los analistas de riesgo o los simuladores de catástrofes, que predicen el daño que pueden causar los fenómenos naturales y ayudan a las compañías aseguradoras a pronosticar sus costes. Y la preocupación por el medio ambiente genera perfiles como el consultor de residuos, el planificador de terreno, los administradores de la huella del agua, o los gestores de energía.
Se necesitan directores de continuidad, que son una especie de planificadores atentos a las contingencias que puedan detener la producción, la distribución o que afecten a la vida de los empleados de una organización durante cualquier crisis. Aseguran el funcionamiento de la compañía y deben gestionar los cambios, reduciendo al máximo el contacto personal o enviando a casa a quienes no estén en condiciones de trabajar.
Los gestores de estrategia de sostenibilidad también ascienden en la escala profesional post-Covid. Garantizan el compromiso de la empresa y se implican en tareas como evitar el agotamiento de los recursos, atender las necesidades de las generaciones futuras y planificar la viabilidad económica. Además, son responsables de administrar un presupuesto y de establecer contactos con los departamentos de márketing para promover una estrategia de sostenibilidad.
El "collaboration manager" de proyectos transversales tiene más importancia a medida que las organizaciones adoptan los nuevos modelos de trabajo flexible, que incluyen la actividad por proyectos, las fórmulas de empleo independiente y hasta el teletrabajo. Se demandan sobre todo en organizaciones que han conseguido un alto grado de descentralización y que pretenden usar cada vez menos empleados con un alto valor.
Los expertos en transiciones de nuevos modelos de trabajo crearán planes de implementación dentro de las empresas. Su principal labor será transmitir estos beneficios y hacer que entiendan y acepten los cambios en su ambiente de trabajo.
También cotiza el profesional triber, que es un gerente profesional freelance especializado en reunir equipos para proyectos muy específicos, con capacidad para dirigir un proyecto distinto cada vez. Serán más necesarios a medida que las empresas decidan contratar trabajadores bajo demanda, en trabajo independiente o por proyectos.
Los "agile coach" son los nuevos agentes de cambio, expertos que han de dominar kanban, metodologías agile, Scrum, Jira, transformación digital, coaching, visual thinking, Lean Startups y DevOps.
El "scrum master" es el facilitador de un equipo que desarrolla proyectos ágiles, una metodología que facilita la autoorganización de un equipo y la posibilidad de hacer cambios rápidos, de acuerdo con principios ágiles.
Otros perfiles impulsados por los cambios son el de ingeniero de prevención de enfermedades, el de 'hardware de Brain Computer Interface' para diagnóstico y prevención de enfermedades, o el bioestadista para investigación genómica.
En esta época de pandemia con el temor a viajar a otros países, y con las restricciones y controles que adoptan ciertos gobiernos, el perfil de creador de viajes de realidad aumentada se puede revelar como una actividad muy demandada: los clientes del futuro querrán que sus experiencias en realidad aumentada sean personalizadas y harán falta expertos y creadores que hagan realidad estas historias y experiencias.
Y en esta nueva situación, los tutores online planificadores laborales juegan un papel determinante, ahora que las universidades, instituciones académicas o másteres y programas varios se plantean que los alumnos terminen el curso desde casa o utilizando la tecnología. Se trata de verdaderos asesores de la carrera profesional que conocen al alumno-cliente y planifican su vida laboral y sus posibilidades de reinvención. Tienen grandes posibilidades ante la creciente demanda de planes personalizados de formación, sobre todo por la tendencia a que cada vez más profesionales sientan la necesidad de trazarse un plan de readaptación de sus capacidades y habilidades laborales y necesiten ayuda para detectar qué carrera, curso o máster se adapta a las necesidades de ese cambio.
Tino Fernández
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