sábado, 29 de mayo de 2021

El emprendimiento en España. ¿Hacia dónde va?


Durante un tiempo, en particular a mi vuelta de Perú en 2015, viví con satisfacción y presumía de ello ante colegas de otros países, que en España se había desarrollado un ecosistema emprendedor realmente admirable. Universidades, escuelas de negocio, ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, corporaciones, y un largo etcétera habían implantado sus propios centros de emprendimiento o estaban poniendo en marcha iniciativas para conseguirlo. España se convertía en un festival de incubadoras, aceleradoras, viveros de empresas y toda una serie de espacios con sus gestores, mentores, inversores, etc. dispuestos a ver la luz en un proyecto con el que lograr la fama. El sueño era Silicon Valley, y algunos incluso se atrevieron a denominarse localmente como el Silicon Valley español. ¡Uf! Me suena algo pretencioso, pero ahí están y en ello continúan.

Han pasado unos cuantos años y, tengo que reconocer, que esa satisfacción que sentía se ha tornado decepción, a pesar de que ese esfuerzo por proteger y hacer crecer al emprendedor se mantiene al menos con la misma fuerza e ímpetu que entonces.

La razón no es otra que, al observar con una mirada objetiva todo ese ecosistema, me resulta difícil identificar los logros. ¿Hemos llegado a algún punto deseado? ¿Hemos conseguido algún objetivo determinado? Pues yo creo que no, y ya desde este momento pido disculpas a quienes no piensen como yo o estén tan embebidos en el ecosistema que hayan perdido la objetividad y mis palabras resuenen como crítica ácida e inmerecida. No es mi intención.

No voy a atreverme a decir que el mejor indicador para medir lo conseguido en un ecosistema emprendedor es el número de unicornios que tenemos o el número de empresas que han salido adelante. No me preocupa en este momento porque cuando estableces una medida del logro antes tienes que haber establecido cuál es el camino para llegar a él. ¿Y lo hemos hecho?

Pues no. En España no.

Si habéis visto en alguna ocasión un pequeño estanque o piscina dedicada a la cría de renacuajos habréis podido observar que, al margen de los que están plácidamente reposados en el fondo, el resto se mueve a una buena velocidad en miles de direcciones diferentes, de aquí para allá como sin sentido o como sin objetivo fijo. Un ejemplo de caos de la naturaleza que no se si alguien habrá analizado en alguna ocasión y habrá identificado la razón de todo ello.

Pues bien, el emprendimiento en España es algo parecido. Cientos o miles de empresa y proyectos en solitarios o bajo la tutela de un centro, una incubadora, un vivero o lo que sea moviéndose en todas direcciones sin saber dónde está el objetivo, en dónde se encuentra el éxito y, es más, qué debe entenderse por éxito más allá que encontrar la forma de sobrevivir en un país que posee la deleznable capacidad de destruir empleo y crear grupos marginales de profesionales sin salida laboral a los 45 años.

Luis Martín Cabiedes, quien se supone que sabe algo de todo esto, dijo en una ocasión que en España había demasiadas incubadoras y muy pocos huevos. ¡Cuánta razón! Pero también le podemos preguntar qué tiene al alcance de su mano para cambiarlo y qué hace a diario para conseguirlo.

España necesita orientación en torno al emprendimiento. No podemos seguir remando cada uno en una dirección, alguien tiene que establecer la estrategia, poner los objetivos y los indicadores pertinentes para evaluar los avances. No se trata de tener mucho emprendedor y mucho proyecto, muchos huevos según Cabiedes, se trata de lograr que nuestro tejido empresarial se alimente de nuevas e innovadoras compañías que cubran un espacio de valor no por estar simplemente en él, sino porque en él aportan, y también aportan a otras empresas más grandes que las necesitan para mejorar su cadena de valor. Ese es el objetivo: Generar valor, calidad, no cantidad.

No necesitamos unicornios, esa es una medida simple, y diría que estúpida, que no sirve para nada porque pueden pasar años antes de conseguir uno. Solo les sirve a quienes hayan invertido en ella en fase temprana para, pasados unos años, forrarse. ¿Y luego qué? ¿Y qué pasa con las que crecen y aportan, pero no llegan a ello?

Amancio Ortega decía que su éxito fue no querer hacerse rico. Pero lo consiguió sin quererlo y lo que nos ha dejado es mucho más que muchos unicornios ¿Por qué en el mundo emprendedor subyace siempre esa idea de hacerse millonario con una idea o proyecto? ¿Es que es lo único que importa? Pues mientras no tengamos a nadie que oriente el trabajo y desarrollo del mundo emprendedor en España, que fije hacia dónde hay que ir y por qué, y cuáles son los hitos y objetivos a alcanzar, el mundo del emprendimiento en España seguirá pareciéndose a esa piscina llena de renacuajos que nadan como si no hubiera un mañana para llegar a ningún sitio.

No podemos seguir aceptando como bueno que cada uno reme para un lado. Lo siento.


Ignacio Kaiser Ruiz del Olmo

7 consejos para que el teletrabajo que se impone después de la pandemia sea un éxito

 


Las reuniones virtuales pueden generar un estrés adicional, especialmente en mujeres, un 14% padece la fatiga de zoom

Ya ha pasado más de un año de la improvisación a la cual muchas empresas tuvieron que acudir con la llegada del confinamiento obligatorio. Y es que, según una encuesta hecha por el Banco de España, el 80% de las empresas aumentaron el trabajo en remoto pese a que hasta entonces en España solo el 4,8% de las personas ocupadas teletrabajaban, según datos del INE. Pero ya no es tiempo de improvisar: el mundo laboral conocido en la era pre-COVID-19 ha cambiado por completo. Y, en parte, ha llegado para quedarse.

Hacia un modelo híbrido

Es lo que opinan los expertos, que apuntan hacia un modelo de trabajo nuevo en el cual se teletrabajará al menos una parte de la jornada semanal. Pero advierte que, para que tenga éxito, las empresas tienen que corregir algunos errores que se han visto con frecuencia durante la pandemia. “Hay que evitar entender el teletrabajo como lo mismo, pero en línea”. El teletrabajo requiere maneras de organizar y comunicar diferentes", explica Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economia y Empresa de la UOC y una de las ponentes de la charla "El lideraje del teletrabajo", que se celebró el 26 de mayo en el marco del ciclo Retos.

Entre estos errores cometidos por muchas empresas a la hora de desarrollar el teletrabajo hay una fatiga de Zoom, un fenómeno derivado de las largas horas delante del ordenador en reuniones virtuales. Según el profesor Jeremy Bailenson, autor de un estudio que examina las consecuencias psicológicas que puede provocar el hecho de pasar mucho tiempo en este tipo de plataformas, las reuniones virtuales pueden generar un estrés adicional, especialmente en las mujeres, que, según una nueva búsqueda, padecen la conocida fatiga de Zoom un 13,8% más que los hombres. Combatirla es uno de los retos del nuevo mundo laboral.

"Hay que asegurar la desconexión digital de las personas que teletrabajan", señala Carmen Seisdedos, subdirectora de Evaluación e Innovación del Instituto Andaluz de Administración Pública (IAAP) y también ponente en el ciclo Retos. Según su opinión, asegurar esta desconexión digital del personal es parte de la faena de los cargos directivos, que tienen que dar soporte a los empleados en este aspecto. "Es inevitable que se esté preparado permanentemente por si en cualquier momento sala la videoconferencia. Por ello, se necesita una planificación muy exhaustiva", afirma.

Este solo es una de los consejos de los expertos para que el desarrollo del teletrabajo sea un éxito. Pero, además, hay otras recomendaciones clave:

Planificar la comunicación. 

Si el objetivo es conseguir maximizar la productividad del teletrabajo, planificar como comunicarse con los empleados es un punto imprescindible. Como explica Eva Rimbau, esta planificación se tiene que hacer desde la calma y hace falta "explicar puntualmente las prioridades, las decisiones y las herramientas de la organización i de cada equipo y escoger los canales más adecuados para la finalidad perseguida. Muchas veces no hace falta una videoconferencia", asegura.

Articular mecanismo de comunicación diferentes a lo que teníamos en la oficina

Una cosa que se suele tener en cuenta en el desarrollo del teletrabajo es la comunicación informal. Entre otras cosas, porque, como advierte Carmen Seisdedos: "Ya no tenemos la máquina de café ni el pasillo, por lo tanto tenemos que sustituir estos espacios por otros que tengan la misma calidad ni esta misma informalidad que permite comunicarse con los equipos también de otra forma".

Generar espacios para consultar dudas. 

También es un punto fundamental para el buen desarrollo del trabajo en remoto generar dispositivos comunes donde los empleados puedan acudir para consultar dudad. "Esto que antes resolvíamos entrando en el despacho del jefe y preguntando cara a cara también tiene que tener su espacio en línea. Y en la medida que sea posible, tiene que ser un espacio el que todo el mundo aporte, no solo el directivo", aclara Seisdedos, vicepresidenta de la asociación Mujeres en el Sector Público.

Combinar el teletrabajo con una cierta presencialidad. 

Según el informe El Futuro del Trabajo tras la COVID-19, de la consultora de recursos humanos Robert Walters, tan solo un 7% quiere volver a la oficina a tiempo completo después de la pandemia, mientras que a un 32% de los profesionales les gustaría poder trabajar desde casa de manera permanente. Una de las razones es que dispondrían de una cierta flexibilidad horaria. Pero, según la opinión de los expertos, el modelo de trabajo que se impondrá en el futuro no se basará únicamente en el trabajo a distancia. "Lo que es el ideal es que el teletrabajo se combine con una cierta presencialidad, porque esto permitirá el contacto social generador de más implicación y compromiso con la organización y con las personas", señala la subdirectora de Evaluación e Innovación de la IAAP. También es la opinión de Rimbau, que cree que, siempre que sea posible, se debe procurar que los miembros del mismo equipo se conozcan mejor a través de encuentros presenciales.

Confiar en los miembros del equipo. 

Las dos expertas advierten que, por mucho esfuerzo que se invierta en todo lo anterior, y se trabaje la comunicación en línea, se formen responsables directivo y personas ocupadas por la nueva manera de relacionarse y se facilite un modelo híbrido que haga posible una cierta presencialidad, el rendimiento profesional no será óptimo si no se tiene presente que el teletrabajo tiene que basarse en la confianza en los equipos. Y que se tiene que asumir que esta confianza se desarrolla más lentamente en un entorno virtual, por ello, hay que potenciarla.

Atender el lado humano. 

Para cumplir con el punto anterior, Eva Rimbau propone que se garantice que se conozcan las competencias de los otros, a través de la comunicación informal o las actividades de intercambio de conocimientos, y se haga visible el lado humano de cada uno, además de ofrecer consejos técnicos y sobre bienestar físico y emocional.

Diseñar bien los equipos. 

Como explica la profesora de la UOC, también es importante evitar equipos muy grandes, definir claramente las funciones de cada persona y rediseñarlas en el caso de equipos muy interdependientes previamente, además de organizar sesiones de coordinación bien planificadas, "para facilitar una agenda previa y fomentar la puntualidad, la participación y la escucha activa, y especificar procedimientos, normas y responsabilidades para los empleados individuales, los equipos y la organización en su conjunto".

Fuente: Equipos y Talento
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viernes, 28 de mayo de 2021

La inversión en "startups" de turismo en España sigue siendo pobre


Sólo entre un 6% y un 9% de toda la inversión en empresas tecnológicas de nueva creación (conocidas como startups) va a parar a empresas turísticas españolas. Y ello a pesar de que España es uno de los líderes mundiales en recepción de turistas, con más de 83,5 millones en 2019, antes de la pandemia de coronavirus y Covid-19.

La media de inversión en startups españolas supera los 1.200 millones de euros anuales, según los datos que recopila el Observatorio de startups de la Fundación Innovación Bankinter. De esa cantidad, la inversión en empresas tecnológicas relacionadas con el turismo ascendió a 74,95 millones en 2018, mientras que en 2019 esta cifra subió a los 109,62 millones.

La pobreza de inversión en tecnológicas relacionadas con el turismo contrasta con otros sectores donde las operaciones de financiación son más abultadas. Por ejemplo, en 2019 el sector de la movilidad y la logística acaparó un 32% de la inversión, con operaciones significativas como los 300 millones invertidos en Glovo, la aplicación móvil de pedidos a domicilio en casa. Las fintech (aplicaciones de servicios financieros) fueron las segundas en el ranking de inversión española, con un 16% de los fondos conseguidos.

España no es un país puntero en empresas tecnológicas especializadas en turismo, a pesar de contar con algunas de las principales cadenas hoteleras y de grupos turísticos potentes. Los turistas que viajan a España se gastaban 91.911 millones de euros en el país antes de la pandemia. A pesar de estas magnitudes, que evidencian el potencial de negocio del turismo en España, en 2019, sólo cuatro startups turísticas recibieron inversiones significativas: Travelperk, una aplicación especializada en mejorar la gestión de los viajes de empresa, que recibió 53 millones y este año ha conseguido 132 millones; Fever, una web que comercializa experiencias, que recibió 31 millones; Exoticca, agencia de viajes, que recibió 13 millones; y la agencia de viajes Pangea, que recibió 9 millones de euros. La inversión media en startups del sector fue de 9,96 millones en 2019.

Otra de estas empresas que ha recibido inversión en los últimos meses ha sido Chekin, una compañía sevillana con 22 empleados que facilita la gestión de la entrada de huéspedes en los alojamientos, entre otros servicios. Pepe Moreno, director de Marketing de la empresa, explica que la startup ha recibido su mayor ronda de inversión durante la pandemia: 1,4 millones de euros, lo que valora Chekin entre 8 y 10 millones de euros. Además, Moreno revela que los ejecutivos de Chekin aspiran a conseguir entre 5 y 10 millones de euros en la próxima búsqueda de capital. Para Moreno, que no se haya invertido más en empresas tecnológicas de turismo en España se debe a que “no existían herramientas para favorecer la digitalización” del sector turístico. A ello, el ejecutivo suma una “generación” de directivos a los que les cuesta ver las ventajas de la digitalización del negocio. Sin embargo, Moreno cree que, una vez iniciado este proceso, será imparable.

La propuesta de Chekin, con 14.000 alojamientos que usan su servicio y pagan una tarifa mensual, se basa en facilitar a los establecimientos unos servicios con los que mejorar su operativa y rentabilidad de negocio. Entre esos servicios destaca el de checkin online y por adelantado (ya han gestionado 2,5 millones de entradas, según datos de la empresa). El huésped que reserve con el establecimiento podrá adelantar sus datos personales y de identificación que después se notifican a la Policía Nacional, una obligación que tienen todos los establecimientos hoteleros en España. El hotelero no se tiene que preocupar de registrar estos datos de manera manual ni de mandar los listados a la Policía. Hasta ahora, este trámite se realizaba en la propia recepción del hotel, una vez que llegaba el huésped. Chekin permite hacerlo por adelantado y desde el ordenador o móvil del cliente, mandando la información en formato digital a la Policía.

La idea de Chekin es la que late en muchas aplicaciones similares: que el propietario del alojamiento o sus empleados no tengan que interaccionar en la recepción más de lo necesario con el cliente. Esta filosofía va en línea con otras tendencias del sector hotelero, como eliminar las recepciones y hacer que los trabajadores del hotel atiendan a los huéspedes en el lobby, provistos de tabletas y agilizando el trámite de llegada. Otras automatizaciones que ofrece Chekin son la gestión de pagos y de impuestos al hotel. Moreno adelanta que están desarrollando un servicio para que los alojamientos consigan ingresos adicionales vendiendo productos al cliente al estilo de las aerolíneas cuando cobran por elegir asiento.

Por gentileza de:

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ELEMENTOS ESTRATEGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL BENEFICIO FINAL

 

Si desde el punto de vista del marketing, la Curva de Vida del producto es un elemento vital para la planificación de las estrategias y la elaboración de planes, no menos importante son, para esta área y para la totalidad de la empresa, sus aspectos económicos, que los podemos resumir con un indicador básico y clave: el beneficio.

En la Introducción es cuando el producto inicia su singladura con pérdidas, dado el gran esfuerzo que debe realizar la empresa para su colocación en el mercado. Las fuertes inversiones en publicidad y los elevados gastos de promoción o lanzamiento, juntamente con la amortización de las investigaciones realizadas de forma previa al lanzamiento, hacen que esta etapa produzca unos resultados económicos muy negativos, que representan un fuerte “hándicap” para las siguientes fases, que se superará, si el producto logra su aceptación por el mercado, a través de un fuerte incremento de las ventas en la siguiente etapa, la de Desarrollo, en la que irá logrando una situación de beneficios; beneficios que suelen alcanzar su máximo en esta fase, punto que, normalmente, se encuentra situado en los momentos anteriores de la aparición de la competencia.

Este hecho, que marca claramente la madurez, como se indicaba en anteriores articulos, origina una fuerte lucha entre las empresas concurrentes, con la utilización de las más diversas tácticas, entre las que suele destacar la guerra de precios, que se traduce en una disminución paralela de los beneficios. Estos desaparecen en el Declive como consecuencia clara de la disminución de las ventas y consiguiente aumento de los costes unitarios, al ser mayor la incidencia de la estructura de costes fijos.

Pedro Rubio Domínguez.

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Textos extraidos de su libro, LANZAMIENTO DE UN NUEVO PRODUCTO publicado y distribuido a la comunidad empresarial española e hispanoamericana por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID-ESPAÑA.(B78404290)
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Con éste articulo terminamos la serie ELEMENTOS ESTRATÉGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA
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ELEMENTOS ESTRATEGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA (4)

 


Como hecho bastante frecuente, todos los productos sufren un desgaste que origina un paulatino declive en sus ventas y cuya duración depende del grado de apoyo que la empresa le siga administrando.

En la etapa de Madurez se comentaba la aparición de condiciones duras y draconianas en el mercado, forzando a una especialización y clasificación en las marcas, siendo las más afectadas las débiles, a la vez que exigía un esfuerzo económico e imaginativo al resto, para asegurarse su permanencia en el mercado.

Esta situación, en la etapa de Declive, se acelera y agudiza, provocando la clasificación total de las marcas.

Con un mercado depresivo, el abandono de varias marcas origina una concentración de la producción en pocas industrias, asociadas por unos precios en franca recesión y por unas ganancias marcadas por la depresión, si bien, este fenómeno puede originar un cierto estado de “gracia” para los sobrevivientes, que les reportar un holgada y cómoda situación económica.

La capacidad de producción, mermada en su utilización, pesa en la estructura general del coste, haciéndose cada vez más insostenible, por lo que en esta etapa de la vida del producto conviene llevar un serio y estricto control de coste, para paliar lo más posible su contribución a la aceleración del Declive.

El axioma de marketing de que todo nuevo producto debe tener como origen la satisfacción de una necesidad presente o latente pierde virtualmente en esta fase, ya que el tiempo juega a su favor de la transformación de usos, costumbres y necesidades, lo cual provoca una falta de utilidad del producto, a pesar de las modificaciones introducidas en las anteriores etapas del Ciclo.

A este elemento, desaparición de la necesidad origen del producto, se une la cambiante actitud del consumidor, que, en su aspecto psicológico de exigir evolución, acelera su caída.

Todo ello da pie a una continua labor de investigación de nuevos productos capaces de sustituir, vía precio o calidad, a los existentes, empujándoles conscientemente a su desaparición.

No todo se limita a dejar morir el producto. Otras alternativas que se presenta a las empresas es la puesta en marcha de una nueva estrategia comercial que les permita orientar el producto hacia un remozamiento, con las nuevas características del mercado, suficiente para logar una mayor vida.

En general, en esta etapa se produce una contracción del gasto promoción la que puede precipitar, aún más, el acelerado ritmo de envejecimiento del producto.

No menos importante resulta el cambio en los canales de distribución. Ante la falta del primitivo gancho del producto, sus reticencias por alimentar las ventas se hacen mayores, ayudando a su Declive, a pesar del bajo nivel de precios. Es normal que en el Declive existan ventas de fidelidad, fruto de consumidores amantes del producto, pero, en cualquier caso, nunca resultan rentables.

Pedro Rubio Domínguez

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Textos extraidos de su libro, LANZAMIENTO DE UN NUEVO PRODUCTO publicado y distribuido a la comunidad empresarial española e hispanoamericana por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID-ESPAÑA.(B78404290)
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Con éste articulo terminamos la serie ELEMENTOS ESTRATÉGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA
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ELEMENTOS ESTRATEGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA (3)

 

Llegado a este punto en la Curva de Vida, el mercado presenta unos aspectos generales bastante diferentes a los existentes en los otros tramos del Ciclo.

La singladura del producto por el mercado ha producido un desgaste, lo que le ha obligado a decantarse por un posicionamiento objetivo, de acuerdo con sus peculiaridades intrínsecas, que son aquellas que le han etiquetado los consumidores a través del conocimiento particular, conseguido en los diferentes actos de consumo.

La demanda ya no tiene el ritmo acelerado de etapas anteriores, antes, al contrario, se mantiene en una posición de estabilidad, consecuencia de una demanda destinada a la reposición de la mercancía y de un crecimiento vegetativo de la población.

Con una demanda que se mueve entre estas dos coordenadas, la estrategia debe replantearse en base a unas variables mercadológicas dirigidas a la consecución de la supervivencia del producto.

Para ello, el primer esfuerzo debe realizarse en una lucha continuada para mantener las posiciones adquiridas en los distintos canales de distribución y no dejar que la competencia gane terreno, toda vez que una cesión en esta fase del Ciclo tiene un efecto multiplicador negativo más demoledor que en etapas anteriores.

Como complemento, el producto debe plantearse la necesidad de tener una distribución más intensiva, para seguir aportando el máximo esfuerzo en la creación de una demanda, la cual disminuiría si el producto no acapara y ocupara el máximo “espacio” en los canales de distribución.

Canales que son los mismos que en las etapas anteriores, pero con la peculiaridad de que ven mermados sus márgenes comerciales al producirse, en la etapa de Madurez una auténtica política estratégica de precios, que incide inicialmente en la disminución de los márgenes.

La fuerte lucha de precios entre los productos se traduce en la puesta en práctica de políticas de ofertas y descuentos, tanto a los canales como a los consumidores. Los objetivos para conseguir son fáciles de determinar. En primer lugar, se trata de liquidar, lo más pronto posible, el exceso de inventario en los canales para provocar una nueva demanda.

Con la guerra de precios se consigue, normalmente, una disminución de los mismos cara al consumidor, lo cual siempre es interesante por provocar una usurpación de clientes al resto de las marcas competidoras, generando así una demanda añadida hacia la nuestra, con el subsiguiente efecto expansivo de la marca.

Debe comprenderse que estas circunstancias no son la panacea universal, lo serían si nuestra marca fuera la única en usarlas, pero la práctica cotidiana nos enseña que es un arma comercial generalmente practicada por todas las marcas. Esta circunstancia origina que, a la postre, exista una cierta uniformidad en los preciso de los distintos competidores y que solamente sean las diferencias cualitativas entre los productos los únicos elementos condicionantes en la fijación del precio.

La labor de investigación de mercados se convierte en la piedra angular, a través de la cual se teje el arrope del producto. Los aspectos cualitativos de la investigación aportarán los datos necesarios para el enfoque preciso de los aspectos del uso y valor del producto, mientras que los cuantitativos permitirán, entro otros, detectar las políticas de precio más acorde con la nueva realidad del mercado.

Sin que sirva de menosprecio al resto de las variables del marketing, y al igual que en la etapa de lanzamiento, en la madurez, vuelve a recobrar importancia el enfoque comunicacional y promocional. La comunicación, vía publicidad, debe apoyar los nuevos conceptos nacidos en torno a los usos y atributos del producto que, como vimos ya, en la tapa de Madurez ha de contemplar como necesarios para una mayor supervivencia de este.

La acción promocional debe ser redoblada y sostenida para conseguir un mantenimiento intensivo de la marca en el mercado y no permitir el desembarco de las marcas de la competencia en el dominio de la nuestra.

Vista la nueva situación, sólo resta afirmar que las condiciones tan duras y draconianas de esta fase originarán la desaparición de las marcas con una posición de debilidad manifiesta, puesto que las supervivientes se ven obligadas a un gran esfuerzo económico e imaginativo, incapaz de ser seguido y mantenido por las más débiles.

La etapa de Madurez pude afirmarse que dura mientras que en el mercado no existen productos sustitutivos importantes y con la suficiente incorporación de atributos nuevos, capaces de desbancar a nuestra marca. Naturalmente, la desaparición no es fulminante, sino que tiene lugar tras un cierto tiempo de vegetación comercial.

Estos comentarios sobre los distintos hechos que acontecen en la fase de Madurez nos dirigen hacia la nota más característica de la etapa y que apunta hacia la eficacia general del marketing.

Pedro Rubio Dominguez

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Textos extraidos de su libro, LANZAMIENTO DE UN NUEVO PRODUCTO publicado y distribuido a la comunidad empresarial española e hispanoamericana por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID-ESPAÑA.(B78404290)
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Con éste articulo continuamos la serie ELEMENTOS ESTRATÉGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA
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Próximos articulos : 

Cuarta última fase: Declive

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Las 20 claves de lo que viene, según la revista The Economist


Tras la consulta a más de 50 expertos, The Economist elaboró un punteo de 20 claves sobre lo que dejará la pandemia como tendencia global. Desde la instalación de la telemedicina y el teletrabajo que llegaron para quedarse, hasta un ahorro mayor y la necesidad de las personas de recrearse.

El ecommerce seguirá creciendo y estiman llevará a cerrar hasta un 50% de tiendas físicas. Las que sobrevivan deberán rediseñar su experiencia. Y el cambio climático será prioritario, abriendo la puerta a un desarrollo mayor de la tan mencionada en el último tiempo: Economía Circular.

A continuación punto por punto según la visión de los expertos:

1. Educación off y online: la educación nunca regresará igual. El Learning Experience Design se volverá fundamental para colegios, universidades, diplomados, postgrados y la educación continua.

2. Avance de la Telemedicina: el sistema médico migró a lo digital con tecnología a distancia para siempre. Los diagnósticos periódicos básicos serán realizados por dispositivos IoT (internet de las cosas) como smartwatch y otros gadgets.

3. Menores gastos, mayores ahorros: la economía personal se contrae, y las personas ahorran más. La electrónica sigue siendo el producto más apreciado y adquirido.

4. Ecommerce y más ecommerce: gran oportunidad para el service design y el branch transformationEl ecommerce seguirá creciendo, y cerrará hasta un 50% de tiendas físicas, las que sobrevivan deberán rediseñar su experiencia.

5. El cambio climático será prioritario: el cambio climático será un tema muy sensible y valorado. Gran oportunidad para la economía circular: definir y alinear todas las acciones con un propósito significativo y alineado a un bien mayor global.

6. No más Adiós a las "Fake News": nuevos modelos de información y noticias por suscripción con más transparencia ayudarán a recibir contenidos más confiables.

7. Salud mental y aislamiento: el employee experience design cobra importancia para asegurar la salud mental y ayudar a las personas a sobrellevar las situaciones de agresividad, soledad y angustia por el aislamiento del trabajo remoto.

8. Emprendimiento social será prioritario: inversión de esfuerzos y presupuesto para hacer el bien para las grandes problemáticas como la educación, la salud, la energía, la seguridad, la política, la destrucción de la clase media.

9. Natural y saludable: comida, experiencias y forma de interactuar. Consumir local pero real. Ser más sano es el “nuevo lujo”. El reciclaje vuelve con fuerza.

10. El renacimiento personal: el mundo está viendo este año como un nuevo inicio. La gente replanteará sus metas personales de trabajo, salud, dinero y espirituales. Oportunidades para aplicar el Business Model Canvas Personal a tu persona.

11. Trabajo Remoto por siempre: deseamos socializar pero el trabajo a distancia llegó definitivamente. Las oficinas, gracias al service design, serán espacios divertidos de reunión y de conexión memorable.

12. El adiós a grandes oficinas: más oficinas cerrarán o se reconvertirán a un formato más eficiente. Los grandes edificios corporativos generarán espacios vacíos generando nuevas oportunidades.

13. Viajes de negocio en el olvido: los viajes de trabajo, así como los congresos o reuniones de trabajo, bajarán un 50%. Las alternativas digitales llegaron para quedarse. Cómo potenciar el networking digital será prioritario para el equipo de Soho este 2021.

14. Hogares Oficina: las casas se vuelven más tecnológicas y adaptadas al trabajo. Poder trabajar desde cualquier lugar será prioridad para los trabajadores.

15. Mercado Laboral Global: no habrá diferencia entre contratar personal local y extranjero. Las empresas y recursos humanos deberán aprender cómo atraer, realizar el onboarding y retener talento internacional.

16. Servicios por suscripción y realidad virtual: todo lo repetitivo se vuelve virtual y en un formato de suscripción. Servicio de gimnasios, arte, cine y entretenimiento, llegarán a los hogares mediante realidad virtual.

17. Nuevas tecnologías se vuelven vitales: las empresas que no inviertan al menos 10% en nuevas tecnologías desaparecerán. Nuevas empresas tecnológicas pueden desbancar a las tradicionales que no se transformen digitalmente realmente.

18. El turismo volverá fortalecido: el turismo de entretenimiento volverá fortalecido en el segundo semestre del 2021. Las personas apreciarán más que nunca las experiencias reales, siempre apoyadas con asistencia y gestión digital de su experiencia.

19. Protección de datos personales se vuelve prioridad: el manejo de datos personales se vuelve más delicado y las grandes plataformas cambiarán. Regresará el pagar por suscripción, ya que preferimos pagar que regalar nuestros datos y vida personal.

20. Irrupción masiva de la inteligencia artificial: La fuerza laboral básica se reduce dramáticamente, tomando la Inteligencia Artificial las operaciones simples. Momento de rediseñar el futuro de nuestras profesiones.

Fuente: Reporte24

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ELEMENTOS ESTRATÉGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA (2)

 

Agotada la etapa de Introducción, que estudiamos en el tema anterior, el nuevo tramo de la Curva de Vida de un producto inicia su Crecimiento, encorsetado por el resultado adquirido en aquella, siendo la etapa de Desarrollo el momento más esperado e importante para el futuro del nuevo producto.

Como punto de partida, esta nueva fase exige un planteamiento de Marketing distinto, aunque complementario del anterior, toda vez que deberá asumir la experiencia adquirida en la Introducción y formular los postulados conductores del producto por la etapa de Desarrollo.

El título de la etapa nos lleva a comentar el comportamiento que tendrá la demanda. Si en la Introducción se caracterizaba por un ritmo lento en el crecimiento, en esta fase adquiere un acelerado ritmo expansivo, con unos incrementos altos en las ventas y con una velocidad de rotación en aumento.

Esta nueva aportación conceptual del producto crea expectativas entre los competidores más directos que, sorprendidos en su propio terreno, observan el desarrollo y desenlace de su primera fase, tiempo durante el cual se supone que realizan los estudios convenientes para dar la respuesta adecuada a la nueva situación planteada.

Un éxito provocará una reacción meditada por parte de la competencia, lanzando al mercado unos productos capaces de contrarrestar y recuperar la parcela perdida, y arañar cuotas de mercado en la ampliación realizada por el nuevo producto. Para ello, una alternativa se presenta a la competencia: lanzar productos calcados al primero o incorporar mejoras, dejando anticuado al innovador y creando nuevas expectativas al consumidor.

En cualquiera de las dos situaciones, el mercado se verá agitado, produciéndose un forzoso reajuste en las respectivas demandas particulares de los productos, que se traducirá, para el producto primero, en una desaceleración de su crecimiento, punto importante a tener en cuenta en la planificación de su Curva de Vida.

Se puede decir que una característica muy acentuada de esta etapa es el inicio de la diferenciación de marcas, que con el sano propósito de ofrecer al consumidor la solución más adecuada a sus necesidades, se traducirá en la introducción de un elemento perturbador en el mercado, que dificultará la elección de nuestra marca por los consumidores.

El objetivo inmediato se dirige a la captación del favor del público para nuestro producto, con el fin de facilitar su acceso de este a los canales de distribución y dominar lo más posible la fuerza derivada de ellos, Este mismo planteamiento lo efectuará la competencia, originando lo que se puede llamar la “guerra de los canales”.

La primera consecuencia de esta batalla es el aumento de los “stocks” en los puntos de venta, pareciendo que las ventas crecen con un ritmo mayor de lo que realmente está ocurriendo.

Este ambiente belicoso que nos trae la etapa de Desarrollo no debe contemplarse como un estado de catástrofe, sino como una forma de lenguaje militar adaptada al marketing, por reflejar fielmente las diarias prácticas llevadas a cabo por los fabricantes en su afán de conquistar terreno en los distintos mercados, y por ser estrategias precedidas en su planteamiento.

La duración del Ciclo de Vida en la fijación del precio obliga a que, si es corto, el precio del producto sea alto, para recuperar en el menor tiempo posible toda la inversión realizada. En caso contrario, el precio puede oscilar entre criterios políticos y de incrementos escalonados.

El poseer una patente sobre el producto permite libertad amplia para fijar el precio, por cuanto la defensa que posee lo facilita.

Asimismo, la cuantía de los capitales necesarios para llevar a cabo las fases del ciclo condiciona la determinación del precio en un sentido u otro, como también lo condiciona el nivel de capacidad de producción, si es excesiva o no.

Frente al consumidor, en esta fase, el marketing debe tener perfectamente diseñadas las principales variables que definan el producto, y obrar en consecuencia con aquellas.

Un producto industrial o de consumo, pero con tecnología compleja, exige, con carácter prioritario, para conseguir su éxito, demostrar la máxima facilidad técnica frente al consumidor, ya que éste deberá ver pronto satisfechas las expectativas puestas en él.

Cuando el producto es de consumo y no incorpora una tecnología compleja, demanda prioritariamente una atención eficaz en la distribución y en la promoción, precisamente para copar el máximo espacio en aquella y dar una mayor salida al producto en la segunda.

En la etapa de desarrollo, las empresas participantes del mercado estudian las posibilidades de introducirse en otros sectores de este, tendiendo a una mayor captación de aspectos específicos de aquél, como consecuencia de la situación general planteada.

Por derivación, la calidad del nuevo producto exige una constante atención para mantenerla a lo largo de esta etapa, con el fin de evitar una depreciación paulatina de la imagen conseguida en las etapas anteriores. Los consumidores notan con claridad las variaciones cualitativas de los productos y una pérdida de ella supone añadir un nuevo obstáculo en la marcha del producto.

La transición a la etapa de Madurez es el momento más complejo y de mayor riesgo del Ciclo tanto por la dificultad de predecirlo como por los cambios bruscos que se producen en las diferentes variables económicas y sociales que condicionan el producto. En este difícil momento de transición cuando los productos deben satisfacer y responder más a las necesidades y realidades del mercado, para poner freno a los intentos de la competencia de copar las participaciones que se poseen. Por ello, a pesar de ser una etapa en que disminuyen los beneficios, se deben incrementar las investigaciones del producto y de su adecuación al mercado, ya que de ellas dependerá la permanencia en el mismo.

La disminución de los márgenes, como consecuencia de la “guerra de precios”, se debe paliar con políticas de reducción de costes y de control de estos, así como con estudios profundos de los márgenes de contribución que permitan a la dirección, en todo momento, si se debe deshacer de los productos o, incluso, de los medios de producción.

Pedro Rubio Domínguez

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Textos extraidos de su libro, LANZAMIENTO DE UN NUEVO PRODUCTO publicado y distribuido a la comunidad empresarial española e hispanoamericana por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID-ESPAÑA.(B78404290)
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Con éste articulo continuamos la serie ELEMENTOS ESTRATÉGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA
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Próximos articulos : 

Tercera fase: Madurez
Cuarta fase: Declive
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ELEMENTOS ESTRATÉGICOS EN LA PLANIFICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO: EL CICLO DE VIDA (1)

 

El Ciclo de Vida del producto es una de las herramientas de marketing que, a pesar de su alto grado de conocimiento y difusión, se utiliza realmente poco, tanto estratégica como tácticamente. Se puede decir que, paradójicamente, se ha quedado en una teoría que todos los profesionales mencionan, constante y profusamente en sus argumentos al proponer estrategias y acciones para los productos, pero que realmente son pocos quienes la utilizan prácticamente, fundamentalmente por un desconocimiento de esta y de sus posibilidades.

Los principales interrogantes a los que nos enfrentamos ante un producto ya existente en la empresa o ante la posibilidad de un lanzamiento, los podemos resumir en las siguientes preguntas:

  •  ¿En qué etapa del Ciclo de Vida nos encontramos?
  • ¿Cuál será el desarrollo del producto a partir de este momento?
  • ¿Cómo será la Curva de la Vida de nuestros nuevos productos?
  • ¿Cuánto durarán nuestros productos actuales o nuevos en el mercado?
  • ¿Cómo se pueden estudiar y determinar prácticamente la vida de nuestros productos?

Ante estas cuestiones, cabe decir que el abordar profundamente el estudio de las Curvas de Vida de los productos por parte de las empresas pueden despejar ampliamente estas incógnitas planteadas y situar a aquellas en una ventaja competitiva, respecto al resto de las recurrentes a los mercados.

Conviene tener en cuenta que los tres ingredientes básicos para el éxito de una empresa los podemos cifrar en:  sus hombres, sus productos y sus mercados. Son estos dos últimos aspectos sobre los que mayormente incide el utilizar en la gestión diaria la teoría del Ciclo de Vida.

Fases del Ciclo

Primera fase. Introducción

La duración de esta etapa se ve afectada por una multiplicidad de factores que tienden a influir en su horizonte temporal. Cada mercado constituye, de por sí, un condicionante poderoso para determinar el tiempo preciso que debe transcurrir hasta dar por finalizada esta fase.

Como su propio nombre indica, esta primera etapa consiste en la colocación del nuevo producto, a través de los canales de distribución más adecuados, en los puntos de venta, para que pueda efectuarse el fin último: su consumo.

La nota que caracteriza y diferencia esta fase es la no existencia de una demanda del producto, ya que por su novedad o por la transformación tan significativa introducida en el mismo, es desconocido por el público consumidor. Un buen planteamiento mercadológico debe efectuarse bajo la perspectiva que el nuevo producto exige un tratamiento diferente al de un nuevo producto.

Claro está que un producto no se lanza al mercado “por las buenas”, sino que se efectúa en base a detectar las necesidades insatisfechas en el mercado, bien sea porque están latentes o están inconvenientemente satisfechas por los productos ya lanzados.

Complementariamente a esta situación, cabe señalar la influencia que tiene en la introducción la existencia en el mercado de productos sustitutivos del recién lanzado, así como el mayor o menor grado de sustitución que tengan entre ellos, afectando negativamente la existencia de éstos al éxito del nuevo producto. Es por ello por lo que en la introducción conviene especificar las notas diferenciadoras respecto a los más directos competidores. Esta conveniencia da pie para indicar un nuevo elemento determinante de la duración de este periodo: la moda.

Saber utilizar, en los planteamientos de marketing, este fenómeno social es un factor muy importante para conseguir acortar la duración del periodo, pues, al contrario, el producto se encontraría en situación de “descuelgue”, encontrando serios problemas en su adecuada introducción. Este efecto no sólo se deja sentir en esta fase, sino que tiene influencia en todo el Ciclo de Vida del producto, aunque con diferente identidad.

De más difícil predicción son las variables exógenas que, por su condición, se escapan de la posible manipulación y control desde las esferas propias de la empresa. Acontecimientos sociales, políticos, económicos, tecnológicos o naturales, pueden quebrar el normal desarrollo de la marcha del producto en esta primera fase.

Son muchas las inversiones de todo tipo realizadas en la construcción del soporte que arropa al nuevo producto. Una incorreción en cualquier engranaje puede llevar al traste todo el tiempo y dinero utilizado, ocasionando fuertes pérdidas, no sólo de tipo monetario, sino en la imagen de la empresa, que es, al fin, el motor último que da vida al producto.

Quizá, en esta fase del Ciclo de Vida el desenvolvimiento lento de las ventas es la nota más características, tanto por los condicionantes externos como por el efecto psicológico que conlleva. Si tuviéramos que encontrar sus causas nos toparíamos, en primer lugar, con la actitud que los clientes de la empresa, o sus intermediarios, adoptan ante el nuevo producto. El traslado de la incertidumbre sobre su éxito, del fabricante hacia sus canales de distribución, es un riesgo que éstos, no están, en la mayoría de los casos, dispuestos a asumir fácilmente.

No siempre se da el caso de que una gran empresa ofrezca un bue producto, pero, en cualquier caso, y en forma general, éste tiene asegurada una cierta venta si viene avalado por una empresa conocida y con buena imagen.

Otro factor para considerar es la adecuada elección de los canales de distribución. Fallar aquí supone un retroceso en la introducción y un desajuste para con el público objetivo. La importancia de la correcta utilización de los canales de distribución viene dada porque, a través de ellos, se va a generar la demanda hacia el producto y difícilmente podría conseguirse si éste se distribuyera por conductos inadecuados, yendo a públicos objetivos diferentes a los deseados.

Es interesante estudiar la novedad del producto, tanto en cuento le aísla, en cierta manera, del resto de los competidores. La novedad incorporada crea su propio campo de actuación, generando un desplazamiento del resto de los productos a parcelas más determinadas, no tan directamente competidoras con el nuevo. Se produce, de esta forma, una disminución en la competencia, pudiendo decir que los competidores son pocos cuando el elemento diferenciador es alto.

En la fase de introducción, suele producirse que el primer producto lanzado sea el que tenga, o pueda tener, una mejor aceptación en el mercado, para seguir, pasado un tiempo, lanzando el resto de los productos que componen la línea. El grado de aceptación indicará el ritmo de introducción de los demás.

En esta primera fase del Ciclo, el producto debe soportar unos costes elevados que inciden de forma sustancial en la fijación de la política de precios. Estos costes por lo son entre otros: “Stocks” mínimos, gastos de almacenamiento, lanzamiento, materiales de acondicionamiento, etc., son algunos puntos que originan los costes elevados, amén de la reducida fabricación en los primeros momentos, necesaria u obligada por las ventas pequeñas y lentas que tienen lugar.

Por lo general, en la fase de Introducción los precios de venta se fijan altamente influidos por criterios “políticos”, cuya razón última debe buscarse en la necesaria ayuda al producto para favorecer su introducción.

Dar a conocer el producto es fundamental, y en la estrategia de comunicación deben contemplarse todos los medios de difusión para que, mediante una conjunción de esfuerzos, se consiga un mayor impacto difusor del nuevo producto. Esto va a acarrear que, en la fase de Introducción del presupuesto destinado a publicidad, contemplado en todas sus facetas, sea muy elevado, no ya tanto por la inversión en si misma, sino por la multiplicidad de tareas a efectuar.

Como parte de la comunicación conviene señalar la importancia de los medios promocionales. Esta es otra forma de dar a conocer el producto, y quizá sea más agresiva por cuanto le acerca físicamente al consumidor, el cual, al detectarlo, recordará la comunicación transmitida por los medios de difusión y generará un estado anímico más propicio a la compra de este.

Bien sea un producto elitista o no, siempre se procura diseñar un producto atractivo, capaz de mostrar sin engaños su contenido y de no despertar falsas ilusiones en los consumidores, pues de no ser así se producirá una disociación diseño-mensaje que confundirá al consumidor en sus deseos de compra. La tarea creativa y las inversiones en el diseño, es un elemento retardador del lanzamiento del producto, debido sobre todo a las discusiones previas, comparaciones, dinero a invertir, etc.

Lo que se pretende con ello es sacar un producto lo más terminado y completo posible, con el fin de evitar la necesidad de introducir pronto modificaciones, lo que provocaría una desorientación entre los consumidores, que afectaría rápidamente a la imagen de la empresa.

Es muy importante el necesario análisis sociológico del público objetivo, por cuanto supondrá conocer con antelación las posibles reacciones de aquél y realizar, tras el conocimiento práctico de sus primeras experiencias, las adecuaciones precisas en la fase de Introducción y allanar el camino del producto por el mercado. Allanamiento que debe iniciarse, como comentábamos anteriormente, con la correcta selección de los canales de distribución, factor esencial para el éxito de nuestro proyecto.

Si esto no ocurriera, correríamos el peligro de que el producto acabara su vida en la fase de Introducción, o que ésta fuera más costosa o se alargase más de lo previsto, originando serios problemas de rentabilidad, y para terminar los comentarios sobre esta fase, mencionaremos de practicar una correcta política de comunicación para conseguir dos objetivos fundamentales:

  • Conseguir el máximo conocimiento del producto.
  • Resolver los problemas inherentes a su novedad.

La consecución de estos dos objetivos servirá para crear la demanda deseada del nuevo producto y enfrentarnos, con ciertas garantías de éxito, a las siguientes etapas de su Ciclo.

 

     Pedro Rubio Dominguez

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Textos extraidos de su libro , LANZAMIENTO DE UN NUEVO PRODUCTO publicado y distribuido a la comunidad empresarial española e hispanoamericana por el INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL-MADRID-ESPAÑA.(B78404290)
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Perfiles comerciales: de vender a generar experiencias de compra

         

En la era de las redes y el ecommerce, el vendedor necesita desarrollar nuevas competencias. El cliente llega a la compra con información. El vendedor tiene que descubrir qué necesita. 

El vendedor tradicional, que tiene su máximo estereotipo en el personaje parlanchín, informal y embaucador, está camino a desaparecer. En la era de las redes sociales y el ecommerce, los clientes están informados y resuelven buena parte de sus compras sin interactuar con humanos. Pero entonces, ¿Qué le queda al profesional de la venta? ¿Cómo se define su función actual?

“Para el vendedor tradicional el proceso y su responsabilidad terminaban en el llamado 'cierre de venta'. El vendedor de hoy tiene una responsabilidad muy diferente: no sólo tiene que vender, sino que ahora debe construir clientes”, dice Roly Boussy, director del Grupo Boussy, una consultora dedicada a la capacitación de equipos de venta.

"A partir de la concreción de la venta empieza a existir un cliente. Inicialmente, en estado potencial, y dependerá de la actitud y el proceder del vendedor y del conjunto de la organización, que se convierta en cliente”, señala Boussy.

Según el consultor, el nuevo proceso de ventas “es un proceso de seducción, pero genuino y apasionado, porque su principal valor será, justamente, la experiencia que provoque en el comprador”.

Además, el proceso de venta deberá justificar el encuentro personal para imponerse al virtual. “Todos los matices del encuentro cara a cara entre comprador y vendedor deben ponerse de manifiesto”, señala.

El principal valor del proceso de ventas será 
la experiencia que provoque en el comprador.

Los especialistas acuerdan en que los procesos de digitalización y automatización que están en marcha impactan de manera diferente en los distintos sectores. Pero, en general “cuando alguien va a comprar algo tiene un decisión ya tomada”, indica Boussy. Se trate de una personas o de una empresa, quien compra está informado de antemano.

En este sentido, la creciente profesionalización de los procesos de ventas “evidencian” los cambios en los procesos de compra. “La década del 90 marcó una primera etapa de profesionalización de las ventas, cuando se empezó a trabajar la automatización de la información con los CRM (los sistemas llamados Costumer Relationship Management para gestionar la relación con los clientes). En los 2000, las empresas nacionales empezaron a trabajar en profesionalizar los equipos de venta, porque al mismo tiempo se habían profesionalizado los equipos de compra, describe Pablo Alegre, director del área académica de Dirección Comercial del IAE.

Pero este proceso no sólo afecta a las compras corporativas. “Unidades de toma de decisión más simples, como la familia, también están mucho más profesionalizadas para comprar”, señala el académico.

Lo que no puede dejar de hacer un vendedor es planificar su proceso de ventas, enfatiza Alegre. “La explosión de las tecnologías le permite ir más rápido en esta planificación; conocer de antemano información básica sobre su cliente y aprovechar las reuniones para avanzar en los desafíos que tiene que resolver”, explica.

Femando Zerboni, profesor de Marketing y Negocios de la Universidad de San Andrés, observa que “hoy, el 80% de la gente hace primero una búsqueda en Internet. Por eso el vendedor lo que necesita es generar empatía, y mirar que el comprador no se haya equivocado”. Por esto mismo, opina Zerboni, “necesita un entrenamiento más fuerte que antes: tiene que él mismo puede informarse e interpretar al cliente que tienen enfrente”, señala.

Si antes se trataba de dar información, ahora es más importante preguntar: “necesitas que con la menor cantidad de preguntas posibles orientarte sobre el lugar en que está la persona que tienes enfrente en el proceso de compra”, agrega Zerboni.

Para Boussy, la capacitación de este nuevo vendedor se debe centrar en factores que antes no se atendían: “el escuchar más que el hablar, lo emocional más que lo racional, la continuidad más que lo puntual, el otro en lugar de yo”, enumera. “La capacitación entonces debe enfocarse en la creación de contextos donde se produzca esta resignificación del proceso que vincula al comprador con el vendedor, la deconstrucción del posicionamiento tradicional y la creación de un nuevo sujeto comercial”, concluye.

Gabriela Samela
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