¿Es posible aprender a través del método de observación? Esto es lo que defiende la teoría del aprendizaje social, también llamado ‘social learning’, desarrollado por el psicólogo Albert Bandura en los años 70, quien, a través de sus estudios de investigación, confirmó que era posible aprender nuevos valores y actitudes mediante la observación del comportamiento de otras personas.
La imitación de comportamientos es habitual tanto desde un plano social como laboral. De hecho, muchos estudios que hacen referencia al impacto que un buen liderazgo tiene sobre los resultados que obtiene de su fuerza de trabajo, suelen incidir en la idea de que estos profesionales deben dar ejemplo, convirtiéndose en guías y modelos a seguir. De esta forma, los trabajadores adquieren esas pautas de comportamiento, formas de enfrentar los retos y problemas y maneras de resolver los conflictos que la compañía requiere debido a sus buenos resultados en términos de productividad, eficiencia y agilidad.
En este sentido, el aprendizaje social, tal cual lo exponía Albert Bandura y como recoge en un artículo publicado por Euroforum, se basa en cuatro pasos: atención, retención, reproducción y motivación. No obstante, con los cambios que el desarrollo tecnológico ha traído consigo y que también han afectado al campo de la formación, en el que se ha introducido nuevas fórmulas que permiten a los alumnos capacitarse a distancia, este social learning se ha adaptado y cambiado.
Según Euroforum, “se estima que, en la actualidad, aproximadamente un 50% de las compañías ya aplica la teoría del aprendizaje social y el resto pretende implantarlo en el futuro” Una tendencia en auge en las empresas que, ahora, es aplicada de varias formas distintas pero que se adaptan a la nueva era digital y a la formación online:
- Formación personalizada a través de plataformas virtuales. Las videoconferencias están posibilitando que el social learning pueda ser realizado a distancia, dado que sigue permitiendo que la comunicación sea bidireccional, es decir, que haya debates, colaboraciones e incluso intercambios de conocimientos, pero sin necesidad de desplazamientos.
- Uso de gamificación en el aprendizaje. Volviendo a un plano presencial, las empresas han comenzado a incluir gamificación en sus dinámicas formativas, con sesiones en las que los profesionales interactúan entre sí. No obstante, estas técnicas de juegos también se han incorporado a los cursos online gracias los videojuegos, donde la observación, en este caso, se dirige a los protagonistas virtuales del mismo.
- Las redes sociales y los canales de difusión de información. Estos canales permiten al usuario sentirse parte de una comunidad en la que puede contribuir y aprender. Además, el auge del formato vídeo o de las aplicaciones proporciona plataformas “ideales para la aplicación del social learning”, apuntan desde Euroforum.
Asimismo, en el artículo se exponen algunas de las ventajas que este modo de aprendizaje aporta: potencia el pensamiento individual y crítico, eliminando la figura autoritaria del profesor que, en el caso de ser sustituido por medios digitales, permite aumentar el interés de los alumnos y poner en práctica los conocimientos casi al instante, favoreciendo la retención y el aprendizaje. ■
Fuente: Equipos y Talento
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