Las amenazas a las empresas comunitarias surgen en gran medida de la turbulencia competitiva causada por las internacionales que, han tratado desde el inicio del Mercado único, barrer a todos sus competidores. Estas empresas cuentan con los recursos, la escala y la disposición necesarios para mantener sus posiciones dominantes. Las empresas nacionales vulnerables de la Comunidad Europea son aquellas, o bien aún no han percibido de las amenazas que penden sobre ellas, o bien no han logrado hallar estrategias para contrarrestar estas amenazas.
Estos países menos preparados para competir en un mercado abierto como es el europeo deben tomar en consideración lo siguiente:
- El cambio en su estructura industrial y empresarial.
- Potenciar sus habilidades para competir en términos de coste, precio e innovación frente a las empresas internacionales.
- Las incursiones dentro de sus propios mercados por un buen número de competidores nuevos que conducen necesariamente a la fragmentación y a un incremento en el poder adquisitivo.
- La pérdida de independencia por la toma de posición de liderazgo hostil por parte de empresas de mayor tamaño y de mejores recursos dentro de la Comunidad Europea.
- La pérdida de gerentes y de habilidades frente a esas nuevas empresas competidoras que realizan activamente este tipo de competencia.
Los factores anteriormente relacionados presentan sus principales amenazas a las empresas comunitarias, especialmente para las más orientadas hacia el mercado nacional. Sin embargo, al mismo tiempo, permiten mayores oportunidades a las empresas suficientemente perceptivas respecto a la identificación de dichos factores. Incluso las empresas moderadamente pequeñas se benefician de estos factores si están dispuestas a emplear la capacidad de dirección en el hallazgo de estos y se dedican recursos suficientes para su explotación. Estas razones para ser optimistas surgen de las propias realidades del Mercado Único.
- Para muchas áreas de producto permanece una coalición de mercados independientes, cada uno de ellos con su propia cultura y lenguaje.
- Las empresas nacionales dentro de los mercados individuales de los estados miembros mantienen sus lealtades y disposiciones en lo que a los usuarios finales se refiere.
- La psicología de los gobiernos y de las poblaciones mantienen cierto nacionalismo dentro de los mercados de los estados miembros después que desaparecieron las barreras.
Estos tres factores por si solos permitieron la defensa de vanguardia a corto plazo para los mercados nacionales tradicionales. Por consiguiente, las oportunidades son reales para mantener sus posiciones de mercado para que las compañías nacionales puedan:
- Crear estrategias comerciales defensivas basadas en sus ventajas competitivas para mantener sus posiciones de mercado;
- La búsqueda de oportunidades interiores para colaborar con las empresas comunitarias exteriores e interiores a fin de incrementar sus propias posiciones competitivas nacionales;
- Establecer acuerdos bilaterales para la explotación de mercados comunitarios y exteriores.
- Expandir sus negocios en el plano internacional.
Fuente: Comunidad Europea.
P.R.D.
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