martes, 19 de octubre de 2021

¿Y qué haces si un buen día te encuentras fuera de tu trabajo?


Esta es una pregunta que en estos momentos se están haciendo no pocas personas. Y no sólo aquellas que ahora se encuentran fuera de la vida laboral que tenían sino también muchas que están viendo cómo los cambios que se están produciendo en la economía y en las empresas están haciendo que sus puestos de trabajo corran el riesgo de ser eliminados.

No voy a escribir otro artículo sobre un tema del que se ha escrito mucho y bueno y del que prácticamente todos estamos al tanto: el escenario en el que vivimos está cambiando con gran rapidez y eso supone que prácticamente todos nosotros, en mayor o menor medida, tengamos que enfrentar los retos del cambio y de la adaptación.

No, lo que quiero tratar en este artículo es un problema del que también estamos todos al tanto pero quizá no de su magnitud y trascendencia: el desempleo en la mediana edad.

Por poner unas cifras. En estos momentos existen en España un millón de personas de más de 45 años en situación de desempleo. En concreto, el 38 por ciento del total de desempleados en nuestro país.

La mayoría de estas personas quieren trabajar pero la realidad con la que se encuentran es que el mercado laboral está difícil para ellas porque se están buscando otros perfiles tanto profesionales como generacionales. No se puede decir que no haya trabajo en España, lo hay, de hecho hay miles y miles de puestos de trabajo sin cubrir, lo que ocurre es que para estos puestos se buscan perfiles diferentes a los que tienen esas personas de mediana edad que buscan volver a trabajar.

Esta realidad del mercado laboral es algo que he podido constatar en conversaciones con empresas y directivos, pero no hay nadie mejor que los propios afectados para poder corroborarla. Ahí están las encuestas en las que el 75 por ciento de los de más de 55 años cree que nunca más volverá a trabajar, y esta creencia procede de su experiencia en la búsqueda de empleo.

Esto, si ya es a nivel individual un problema y en no pocos casos un drama, a nivel colectivo es la mayor fulminación de talento que hemos vivido en nuestra historia. Ahora que tanto se habla de talento y de la importancia de éste, ¿cómo es posible que como sociedad estemos haciendo esto, estemos privándonos de ese talento que tienen las personas de más de 45 años y que es talento con experiencia?

Sí, estamos en plena revolución digital y ahora lo que está en alta demanda son los perfiles profesionales relacionados con lo digital. Esto es perfecto. Tenemos que estar como país en este tren y, si es posible, en los vagones de cabeza. Pero ¿es esto incompatible con personas de mediana edad con perfiles "más tradicionales"?

No son pocos los comentarios que he escuchado diciendo que tiene más sentido meter talento nuevo, joven y digital, que reciclar personas de más edad que suelen estar ya muy ancladas en cómo han sido las cosas hasta ahora. ¿No es esto un prejuicio? La palabra prejuicio significa juicio previo a la realidad. Ciertamente puede tener más sentido desde determinados ángulos de análisis, especialmente en relación al tiempo de "puesta en producción". Reciclar a un profesional de mediana edad puede llevar más tiempo que encontrar un sustituto joven y ya con las habilidades necesarias... o no porque la alta demanda que hay de estos perfiles está llevando a una escasez de oferta y por lo tanto a la dificultad para encontrar el talento deseado en el mercado. Y aquí es donde desde el punto de vista empresarial puede tener más sentido la inversión de tiempo y dinero en reciclar, o como se dice ahora: "retooling" o reskilling", a profesionales de los que ya dispones que salir a buscar al mercado.

Es verdad que no todos los puestos serán aptos para ser ocupados por profesionales de mediana edad "reciclados" pero un buen número sí lo será. Además, este "reciclaje" añadirá nueva motivación y energía a estas personas que verán no sólo que están "seguras" sino que van a hacer cosas nuevas, quizá después de mucho tiempo haciendo lo mismo.

Funcionar desde prejuicios no es lo más adecuado, es mejor hacerlo desde un contacto con la realidad. Y la realidad es que la gran mayoría de personas de mediana edad tiene ganas de hacer cosas, de cambio, de nuevas emociones y de retos, de salir de la rutina. Los anclados en el pasado y sin ganas ni motivación de cambio son la minoría. Siempre me ha gustado utilizar la regla de Pareto que nos habla de esa relación 80-20. En este caso podríamos decir que como mucho el 20 por ciento de las personas de mediana edad tienen esas mentalidades más ancladas en el pasado -y esto es mucho decir, por mi experiencia lo reduciría al 10-, pero el otro 80 o 90 por ciento no lo está y están deseosas de reavivar su vida profesional con lo nuevo.

No tengo datos para mostrar la diferencia en rendimiento en un nuevo puesto "digital" entre un perfil joven y una persona de mediana edad que trae al puesto toda su experiencia. Pero sí que los tengo en el ámbito del emprendimiento y nos pueden ayudar a extrapolar algunas conclusiones.

Según un estudio realizado por la Universidad de Kellogg en los Estados Unidos sobre las startups (empresa de nueva creación de base tecnológica e innovadora), las posibilidades de éxito si el fundador o fundadora tiene una edad en el entorno de los 45 años se multiplican por tres en comparación con una persona joven de 25 años. Y si subimos a 55 años, el multiplicador sube a 3.5.

¿Por qué esta diferencia? 

La respuesta es muy sencilla: el valor de la experiencia. Es la experiencia la que te lleva a tomar mejores decisiones pues puedes ver las posibles consecuencias que tendrán. Y es la experiencia la que te da un "criterio de realidad" que a los perfiles más jóvenes todavía les falta.

Y esto lo podemos aplicar a cualquier puesto de trabajo. La experiencia, que no tiene por qué ser en las labores específicas del nuevo puesto, tiene un valor. Los fundadores de startups que estudió Kellogg no habían emprendido antes; fundar y dirigir una empresa era un trabajo nuevo para la gran mayoría de ellos/ellas, y, por los resultados que obtuvieron, no lo hicieron nada mal.

No sólo se trata de determinados conocimientos, es al conjunto de conocimiento y experiencia a lo que llamamos competencia. Esto es el talento. A los más jóvenes les falta la experiencia. A los más mayores los nuevos conocimientos. A los unos hay que dotarlos de experiencia y a los otros de nuevas habilidades y conocimientos.

Pero la realidad es la que es, y aunque haya mejores enfoques, lo que es es. Y en esta realidad, cualquier persona de mediana edad se puede encontrar un buen día fuera de su trabajo y ante el reto de qué hacer, por dónde tirar, cómo volver al trabajo y a la vida laboral activa.

Para algunos resultará más sencillo y para otros más difícil. Depende del perfil profesional que se tenga. Si has sido comercial o director comercial, será más fácil encontrar otro trabajo que si has estado toda tu vida en una oficina bancaria.

Llegados a este punto, son diferentes los caminos que la persona pueden explorar: desde buscar un trabajo similar al que se tenía, uno adyacente (similar en otro sector), lanzar una actividad de profesional independiente, reciclarte para optar a nuevos puestos de trabajo, lanzar un proyecto de negocio...

Si los tiempos actuales son más duros desde el punto de vista del riesgo de perder el trabajo y de las condiciones que presenta el mercado laboral para las personas de mediana edad, la cara B es que son tiempos en los que hay muchas más posibilidades y opciones que en tiempos pasados. Hoy en día no nos tenemos que limitar a las condiciones de un mercado laboral que no nos sea favorable, podemos elegir otros caminos en los que nuestro destino no esté tan en manos de las condiciones del entorno sino de nuestra capacidad para crear y aportar valor a la sociedad.

El tema del empleo es algo que desde hace tiempo me ha preocupado y en lo que he querido echar una mano. Hace unos años, en plenos rescoldos de la anterior crisis económica, lancé una iniciativa para ayudar con el empleo, especialmente de los más jóvenes. Fue una video serie que titulamos Perlas de Sabiduría para tener Trabajo. La siguieron más de 10.000 personas y ayudó a muchas. Ahora mi deseo e intención es ayudar a personas de mediana edad a volver a la vida laboral activa y con ello no sólo contribuir a que esas personas resuelvan su problema sino también a que nuestro país no pierda ese talento y todo lo que puede aportar. Para ello he creado un programa que estoy convencido les va a ayudar proporcionándoles la visión, perspectivas, estrategias y refuerzo personal para lograr su objetivo de relanzar su vida profesional. Te dejo AQUÍ enlace a una página con un video que he hecho para presentarlo y donde cualquier persona interesada puede solicitar más información.

Mi objetivo es que el programa pueda llegar a un gran número de personas para lo que sería de gran ayuda la mayor difusión posible de este artículo pues muchas de estas personas a las que va dirigido se encuentran en esta red. Si puedes darle me gusta al artículo y compartirlo con tu red de contactos será de gran ayuda. Muchas gracias.


Juan Manuel Martín Menéndez
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