Hemos seleccionado cinco estudios de arquitectura fundados o liderados por mujeres, varios en zonas alejadas de los circuitos tradicionales de la arquitectura (Europa y Estados Unidos fundamentalmente), que están a la vanguardia de la profesión. Ellas son: Yvonne Farrel y Shelley McNamara, Kazujo Sejima, Anupama Kundoo, Marina Tabassum y Mariam Issoufou Kamar.
Todas estas arquitectas llevan ya varios años, sino décadas, investigando y proponiendo nuevas formas de hacer arquitectura y, en muchos casos, beben del trabajo de pioneras como Eileen Gray, Ray Eames, Lina Bo Bardi o Denise Scott Brown, entre otras. Sus nombres deberían sonarte.
Además, no queremos olvidarnos de destacadas arquitectas españolas. Por eso, siquiera brevemente, nombramos aquí a Carme Pinós, Beatriz Colomina, Izaskun Chinchilla, Belinda Tato, Fuensanta Nieto o Lucía Cano, entre aquellas que todo el mundo (o al menos todo el que tenga un mínimo interés por la arquitectura) debería conocer.
Yvonne Farrel y Shelley McNamara
Las irlandesas Yvonne Farrell (73 años) y Shelley McNamara (72) fundaron su estudio: Grafton Architects, en 1978 y a lo largo de cinco décadas de carrera han diseñado colegios, bibliotecas, hoteles, oficinas o viviendas, la mayoría de ellos en Irlanda. Paradójicamente, quizá el proyecto más conocido que tienen sea la Universidad Luigi Bocconi en Milán (2008), el primero fuera de país natal. Su objetivo, reconocían hace unos meses en una entrevista en la web de la revista Dezeen, “es crear los entornos más optimistas e ingeniosos que la gente pueda ocupar en este mundo actual, tan lleno de negatividad y presiones”. Entre otras cosas, por eso fueron galardonadas con el Premio Pritzker de Arquitectura 2020.
Kazujo Sejima
Sejima y Ryue Nishizawa son socios de SANAA: uno de los estudios de arquitectura más destacados de panorama internacional que, en 2010, fue reconocido con el Pritzker de Arquitectura. El trabajo de Sejima (68 años) es original e innovador, como queda patente en el New Museum de Nueva York (2007) o la recientemente completada ampliación de la Art Gallery de Nueva Galés del Sur, en Sídney: un edificio fluido lleno de terrazas y patios. Además, y también en 2010, Sejima fue la primera mujer en dirigir la prestigiosa Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia.
Anupama Kundoo
Anupama Kundoo quiere que la gente viva bien o, al menos, bastante mejor de lo que lo hace en muchos sitios del mundo. Ella sabe de lo que habla porque en su India natal muchos viven con lo puesto. Precisamente esa idea de pensar que podía cambiar vidas a través de la arquitectura fue la que la hizo apostar por estudiar arquitectura. Y desde que fundó su estudio, allá a principios de 2000, Kundoo (57 años) ha desarrollado una obra “que tiene el potencial de crear salud y felicidad a través de la reconfiguración del entorno construido” en la que no solo el contexto social y económico es fundamental, sino también el medioambiental.
Marina Tabassum
Otra arquitecta que trabaja desde la periferia, y para la que la cultura local es fundamental en su manera de entender los proyectos, es Marina Tabassum (56 años). Lo hace, específicamente, desde Dhaka, en Bangladesh, su ciudad natal. Allí fundó su estudio hace 20 años. Con su trabajo diario indaga en una arquitectura comprometida –ver a su padre, médico, ayudar a la gente con devoción durante toda su carrera ha marcado su manera de entender la profesión. Tabassum ha vivido, por ejemplo, horribles inundaciones, como la que ahora ha provocado la DANA en Valencia, que la impulsaron a diseñar unas viviendas muy sencillas de montarse y desmontarse y casas muy baratas pensadas para gente que vive en los márgenes del río Meghna, que a menudo se inunda.
Mariam Issoufou Kamara
Hace ahora una década que Mariam Issoufou Kamara (45 años) fundó Atelier Masōmī, desde donde está llevando al África más pobre, concretamente a Níger, país en el que nació, o a Senegal, una arquitectura sensible con el lugar, como el Mercado Regional de Dandaji (Níger) o el museo y centro comunitarios Bët-bi, en Kaolack (Senegal) y que completará en 2025. Con un espacio público en la planta baja sobre una serie de galerías soterradas (en señal de respeto por la tierra), resaltamos este museo cuya intención es albergar el arte africano que devuelvan los museos occidentales, un tema que lleva unos años provocando agrias polémicas, además de crear una plataforma para el arte que se está haciendo en África Occidental y, en general, en todo el continente.
Rafael Bermejo
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