El aspecto financiero es fundamental para una empresa. Cuando el dinero que entra es más que el que sale, hay beneficios. Saber actuar como un empresario en la administración de sus asuntos financieros es esencial para que alcance el éxito en los negocios.
Usted ya tiene una empresa, quizás tiene la intención de iniciar algún negocio, y es lógico que al hacer sus planes piense en términos de los recursos de que ya dispone o que necesita y que se formule sobre ellos preguntas como las siguientes:
El personal: ¿qué capacidad debe poseer? ¿hasta qué punto puedo confiar en ellos?, ¿Quiénes merecen ser ascendidos?
La ubicación del negocio: ¿es conveniente para atraer clientes?, ¿son aceptables los servicios públicos disponibles?, ¿ofrece posibilidades de expansión en el futuro?
La distribución en planta se trate de una fábrica, una oficina o un comercio: ¿es conveniente para la atención de los clientes?, ¿crea estrangulamientos?, ¿es posible modificarla?
Todos éstos son recursos esenciales para su éxito, y las preguntas que se formule sobre ellos debe contestarlas con toda seriedad. Pero hay otro recurso al que tiene usted que prestar atención como empresario: el dinero.
Su recompensa en dinero refleja los resultados que usted ha conseguido, medidas en dinero. En un negocio minorista, usted compra y vende; en una empresa industrial, usted compra, elabora y vende. El resultado final es un beneficio constituido por la diferencia entre ingresos y gastos. Cuando alguien se dedica a los negocios por cuenta propia, su recompensa, como ya sabemos, debe estar constituida por dos elementos:
1. Una remuneración por el tiempo que trabaja en su empresa.
2. Un rendimiento sobre sus inversiones en su empresa proporcionado al riesgo inherente en su negocio.
La única manera racional de calcular su recompensa financiera como empresario es estimar el valor que su trabajo y su inversión tienen para su negocio.
Es imperativo que usted aprecie correctamente las consecuencias financieras de la política comercial que adopte para su empresa. Determine cuáles son los factores financieros decisivos para su negocio y la incidencia de cada uno en la prosperidad de éste.
Sabemos que muy pocos empresarios-- o quizás ninguno-- dominan a fondo todas estas materias. Es precisamente en el campo financiero, donde con mayor frecuencia suelen plantearse problemas, no sólo porque, como ya se ha dicho, son contados los empresarios que tienen formación y experiencia en gestión financiera, sino que además muchos se resisten a recurrir al asesoramiento y ayuda de expertos, lo que lógicamente conduce a dificultades financieras que obstaculizan la marcha de la empresa e incluso pueden llevarla a la quiebra.
Cuando el autor de este dossier realiza análisis en las empresas clientes del IEGE, al hablar con los empresarios o responsables administrativos de estas empresas, la mayoría de ellos carecen de los conocimientos necesarios para poder abordar los problemas financieros que se les presentan. Mediante una prueba de conocimientos financieros, ninguno de ellos responde a un performance mínimo al cuestionario de preguntas formuladas.
A continuación, detallamos este cuestionario, por si usted estimado lector, desea hacerse las mismas preguntas y su capacidad operativa para responderlas:
- ¿Conoce cuál es la rentabilidad prevista sobre lo que produce o vende?
- ¿Conoce cuál es la cifra mínima que ha de fabricar y/o vender a partir de la cual empieza a ganar dinero?
- ¿Conoce a cuánto asciende el valor de los clientes de dudoso cobro?
- ¿Tiene montado un seguimiento para recuperar los impagados?
- ¿Conoce el porcentaje de sus costes financieros sobre su cifra de negocio?
- ¿Conoce cuál es el valor de sus stocks en cualquier momento del año?
- ¿Conoce usted cual debería ser el valor de sus stocks?
- ¿Conoce cuál es el valor de las pérdidas de ventas por rotura de stocks?
- ¿Dispone periódicamente de una Cuenta de Resultados?
- ¿Dispone de un control permanente de su gestión?
- ¿Dispone de un “cuadro de mando” que sintetice todas las coordenadas de la evolución de su empresa?
- ¿Dispone de forma periódica de un Balance de Situación?
- ¿Conoce cuál es su tesorería actual con relación a sus obligaciones de pago?
- ¿Conoce cuál es su solvencia?
- ¿El uso de capitales ajenos beneficia o perjudica su rentabilidad sobre el capital propio?
- ¿Sabe cuál es el capital mínimo necesario para obtener la máxima rentabilidad?
- ¿Le dicen algo a usted los “índices de gestión”?
- ¿Amortiza usted la cuota lineal máxima autorizada por Hacienda?
- ¿Qué sistema de amortización realiza?
- ¿Conoce con cifras elocuentes la distancia a que se encuentra su empresa de la suspensión de pagos?
Como venimos comentado, si la empresa empieza a escapársele de las manos acuda a los servicios de un consultor externo. La consultoría de empresas en un servicio profesional de ayuda a los directores de empresas a analizar y resolver problemas prácticos.
No obstante, este problema, como tantos otros, puede solucionarse si se lo aborda con criterio positivo:
Asista a cursillos y seminarios a fin de adquirir suficientes conocimientos generales para comprender los problemas financieros básicos y poder comunicarse con los profesionales.
Hágase asesorar por profesionales y otras personas competentes.
Use los consejos que le den, y cuando encuentre un buen profesional acostúmbrese a utilizar sus servicios con toda la frecuencia necesaria.
A estas alturas ya sabe usted cómo enfoca un empresario la dirección financiera: quiere conocer en todo momento la situación general y no pierde el tiempo en detalles de menor importancia; planifica el futuro basándose en realidades; comprueba la ejecución de sus planes, y se hace asesorar por profesionales capaces porque sabe que eso es lo que le conviene.
Pedro Rubio Domínguez
Fuente:
CUADERNO DE GESTIÓN: “LO QUE TODO EMPRESARIO DEBE SABER”
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