La serie de cambios
experimentados en el mundo laboral, producto del contexto mundial por el que
hemos atravesado durante el último año, demandan ser vistos de frente,
aceptarlos y asimilarlos como una oportunidad para renovarse y evolucionar
desde el interior de la organización.
Todas aquellas empresas que
deseen permanecer en el mercado, e incluso mejorar su posición, deberán buscar
ir siempre un paso adelante en cuanto a vanguardia e innovación se refiere.
Para lograrlo, se vuelve imprescindible desarrollar e implementar una cultura
de aprendizaje continuo entre los profesionales de todos los niveles que
integran la compañía.
Lo anterior implica como
individuos hacer de lado muchas de las creencias y patrones que tenemos
arraigados. Desarrollar la capacidad de desaprender, modificar y corregir todo
lo que limita el cambio, así como adquirir conocimientos y mejorar habilidades
cuando sea necesario. Dando pausa a que la formación y aprendizaje continuos
sean vistos y asumidos como parte integral de las actividades del puesto de trabajo
para colocarse a la altura de la nueva era.
El fomento del aprendizaje
continuo es una de las tendencias laborales que llegó para quedarse, y que
requiere de la máxima flexibilidad en su diseño para obtener los mejores
resultados. Los departamentos de Recursos Humanos se enfrentan al desafío de
implementar modernas estrategias de aprendizaje que permitan a los
colaboradores renovar constantemente sus habilidades y aprender todas aquellas
requeridas para crecer profesionalmente al interior de la empresa. Así como
proporcionar capacitación constante que incentive a los profesionales a
construir las competencias necesarias para el trabajo del futuro que ya es del
presente. Además de brindar la oportunidad de aplicar lo aprendido mediante
movimientos internos en diversas disciplinas, áreas o puestos de trabajo.
Instruir a los colaboradores a
participar en el diseño de su desarrollo profesional y no esperar a que los
formen es parte de la innovación. El aprendizaje continuo debe ser la
competencia que impulse su avance personal y profesional. Para lograrlo, hay
que incentivar la curiosidad por descubrir y aceptar el error como parte del
proceso de aprendizaje. Además de ser conscientes de que el mayor enemigo del
crecimiento y desarrollo es la inacción, que impide a las personas lograr sus
metas y objetivos.
Es importante que las empresas
definan el modelo de aprendizaje a implementar en la organización. Quienes se
encuentran a cargo de la formación del talento deben diseñar un modelo de
desarrollo que facilite la empleabilidad de las personas y contribuya a su
productividad laboral y su movilidad. Hay que identificar procesos que han
perdido vigencia y comenzar a aplicar nuevas formas de pensamiento y de trabajo
considerando que:
- Las estrategias de formación y desarrollo deben ser acordes a los objetivos de negocio y a la vez ser atractivas para los colaboradores.
- El desarrollo de las habilidades y las actitudes deben incentivar a las personas a conseguir sus objetivos rápida y eficientemente, tanto para ellos como para sus equipos y la empresa a la que pertenecen.
- Los beneficios del aprendizaje deben ser perfectamente percibidos, así como las consecuencias de solamente hacer lo que se conoce bien.
El contexto actual exige que las
empresas inviertan mayores esfuerzos en la formación corporativa de sus
profesionales para actualizarlos en cuanto a nivel de conocimientos y en
habilidades blandas, ligadas a la parte emocional interpersonal y de
relacionamiento, lo que posibilitará a las personas a desempeñarse en sus
funciones con mayor efectividad.
En este tipo de estrategias la
tecnología realiza su parte, contribuye a incorporar los aspectos mencionados a
procesos de evaluación más detallados y complejos. Las soluciones tecnológicas
permiten trabajar de manera online con empleados de diferentes partes del mundo
en donde las compañías tienen presencia, y definir procesos de evaluación.
Además, posibilita la detección de profesionales al interior de la empresa con
alto potencial de desarrollo para impulsar sus habilidades en beneficio de la
persona y de la organización. Estas avanzadas herramientas tecnológicas también
funcionan para detectar oportunamente posibles inconvenientes y resolverlos lo
más adecuadamente posible.
Finalmente hay que tener siempre
presente que la tecnología no será de suficiente ayuda si no se trabaja en
desarrollar una mente abierta que dé oportunidad a las personas y a las
organizaciones de desarrollar la capacidad de adaptarse a la nueva era.
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