"Arreglamos cañerías, fugas y las reparaciones hechas por su marido"
Esta frase la leí hace años, en un articulo publicado en una revista americana allá por los años 90. El contenido de dicho articulo evidenciaba la falta de conocimientos de muchos seudoprofesionales que se dedican a las reparaciones en los hogares y que no siempre su actuación merecían otra calificación que llamarlos "chapuceros". Por desgracia en nuestro país existe un colectivo de personas que aprovechándose de la candidez de las amas de casa, sobre todo, realizan reparaciones en los elementos del hogar (electrodomésticos, calderas, etc.) que son verdaderas chapuzas lo que provoca un enfado en los usuarios terminando en la mayoría de las ocasiones en reclamaciones ante las Asociaciones de Consumidores, donde se presentan numerosas quejas que no siempre son bien atendidas y no aportando soluciones para poder penalizar a estos profesionales del aire que campan por sus anchas a lo largo de todo el territorio nacional.
Estas anomalías también se producen principalmente en talleres de automóviles, donde la mano de obra especializada escasea, y las reparaciones de los vehículos son a veces realizadas por personal no experimentado lo que un trabajo mal realizado, puede incluso provocar un grave accidente y esto ya de por si tiene mucha importancia por los daños que muchas veces causan estas irregularidades. Son muchos los propietarios de talleres de automoción los que se quejan de que no disponen en la actualidad de personal experimentado y dejan las tareas en manos de aprendices o personal sin años de experiencia.
La jubilación de los actuales profesionales es otro hándicap, de muy difícil sustitución.
Esta falta de mano de obra está provocando el cierre de muchos talleres donde solo perviven los propietarios de los mismos lo que les supone un gran esfuerzo y trabajo personal para poder atender la enorme demanda del sector y por el aumento cada vez mayor del parque de vehículos nuevos y de ocasión. Y todo ello unido a la enorme siniestralidad que se producen en nuestras carreteras.
¿Y de donde se nutren estas empresas de servicios de nueva mano de obra (talleres de automóviles, instaladoras de aparatos de gas y electricidad, etc.)? pues de personas inmigrantes que carecen de los conocimientos necesarios para poder realizar estos trabajos con la debida garantía.
Como ejemplo, una empresa instaladora, se presentó en un domicilio de un municipio de la zona sur de Madrid para suministras e instalar una nueva caldera de gas y el personal técnico lo componían: un rumano, dos marroquíes, un peruano y el encargado era de origen colombiano. Esta mezcolanza de nacionalidades no deja de sorprender pues es una practica habitual por la escasez de mano de obra autóctona. Tampoco se produce un relevo generacional en la mayoría de estas empresa, y lo cierto es tal vez que la gente joven apuesta por otras profesiones mejor consideradas y mejor pagadas.
Ante este panorama la formación de los jóvenes es imprescindible para el proceso de mejora que necesitan estos sectores de la economía. Es por ello que deberemos apoyar las iniciativas contempladas en la Formación Profesional, donde cada día son más los jóvenes que se matriculan en estas Escuelas donde reciben mediante un periodo determinado una formación teórica y practica de los oficios o profesiones que han elegido para su incorporación en un futuro al mercado laboral. Estos jóvenes una vez terminado sus estudios y aprendizaje son demandados inmediatamente por las empresas que necesitan incorpora en sus plantillas a estos nuevos trabajadores debidamente formados. Este éxito se lo debemos a los tutores que imparten estos cursos de formación, la mayoría de ellos con muchos años de experiencia en sus respetivas especialidades.
Análisis y evolución de la formación profesional en España
El objetivo del presente articulo es comentar con nuestros lectores, la mayoría de ellos empresarios o gerentes de pequeñas y medianas empresas, un análisis del sistema de formación profesional español, identificando sus principales características así como los retos a los que tendrá que afrontarse en un futuro inmediato. Todo ello va encaminado el proceso de transición hacia un sistema de formación profesional moderno, concebido como vía de especialización profesional, tanto de los jóvenes antes de incorporarse al mercado laboral (formación profesional inicial) como de los trabajadores activos o desempleados que necesiten actualizar sus conocimientos y habilidades (formación profesional para el empleo).
Este análisis es especialmente oportuno en un momento como el actual, en el que la aparición de la denominada «sociedad del conocimiento», la integración en mercados globales y la transformación de los modelos productivos suponen nuevos desafíos. En este sentido, el sistema de formación profesional tendrá que abordar aspectos como la adaptación a un aprendizaje de competencias o la integración de una formación a lo largo de la vida. El INSTITUTO EUROPEO DE GESTIÓN EMPRESARIAL (IEGE) pretende contribuir con este análisis a la reflexión sobre el sistema de formación profesional en nuestro país para abordar con garantías los nuevos retos que se le presentan.
María Ángeles López Rouco de la Universidad Rey Juan Carlos, manifiesta en un articulo publicado en Research Gate que, " a menudo existen barreras que dificultan la participación de dichos centros en estas funciones no tradicionales, como la falta de autonomía y flexibilidad de los centros, la falta de incentivos o medidas políticas adecuadas y la falta de relaciones con los agentes de I+D, como los centros tecnológicos"
En general, para el caso español, existe una falta de coordinación entre el sistema educativo de formación profesional y el sistema de formación de los trabajadores, gestionada de forma mayoritaria a nivel nacional por las organizaciones empresariales y sindicales. En España, las reformas de la EFP que se iniciaron en los años noventa todavía están muy lejos de hacer frente a problemas como la conexión insuficiente entre la formación profesional y las necesidades del tejido empresarial industrial.
La falta de un sistema nacional de cualificaciones y el
reconocimiento de las competencias o la falta de coordinación entre el sistema
de formación profesional y el sistema de formación de los trabajadores. Aún
así, existen factores que inciden de forma positiva en la relación o
colaboración entre centro de Formación Profesional y las empresas.
Pedro Rubio Dominguez (MDI)
Director General del IEGE /MADRID/ESPAÑA
_____________________________________________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario