1. ACTIVIDAD
DE LAS MULTINACIONALES EN ESPAÑA
Las operaciones de las empresas multinacionales en España, a través de sus filiales en nuestro país, generaron un valor añadido cercano a los 124.000 millones de euros en 2019, el equivalente al 10% del PIB español. No obstante, la contribución de estas empresas no termina ahí, en tanto que, para el desarrollo de su actividad en España, necesitan del suministro de bienes y servicios por parte de otras empresas a lo largo de su cadena de valor. Estas empresas se verían beneficiadas tanto de las compras realizadas por las filiales para su producción, como aquellas derivadas de los flujos de inversión extranjera directa llevados a cabo por las matrices sobre las filiales.
En efecto, se estima que, de manera indirecta, las empresas multinacionales serían responsables de la generación de alrededor de 165.000 millones de euros de valor añadido (creados por empresas terceras gracias a los pedidos de las filiales de multinacionales). En este sentido, el impacto económico total de las empresas multinacionales, sumando sus efectos directos e indirectos, ascendería a 289.000 millones de euros, el equivalente al 23% del PIB nacional. Para sostener dicha actividad económica, las empresas multinacionales emplearon en sus filiales españolas a cerca de 1,8 millones de personas en 2019, lo que supone el 9,7% del total de ocupados de España. A su vez, otros 2,6 millones de trabajadores estuvieron empleados en España para garantizar el correcto desarrollo de las cadenas de valor de las multinacionales. Por tanto, las filiales españolas de las empresas multinacionales contribuyeron, de manera directa e indirecta, al mantenimiento de más de 4,4 millones de puestos de trabajo en España, el equivalente al 24% del total de ocupados de 2019.
A nivel sectorial, los mayores impactos se dan en las actividades de comercio y servicios profesionales, coincidiendo con los sectores que cuentan con más filiales de empresas multinacionales. No obstante, a pesar de contar con menos de 300 filiales en España, el sector energético es el tercero que más se beneficia de la presencia de estas empresas en nuestro país. La notable contribución de este sector vendría explicada por su posición estratégica en la cadena de valor, al proveer de insumos indispensables para la producción de muchos sectores, en especial en la manufactura, por lo que su fuerte impacto sería el resultado de un efecto indirecto por parte de las filiales. En definitiva, la integración de las empresas multinacionales en cadenas de valor complejas dentro de la economía española supone un pilar fundamental sobre el que se asienta el desarrollo del tejido productivo nacional. Con los últimos datos disponibles (correspondientes a 2019), las filiales de las empresas multinacionales serían responsables, tanto de manera directa como indirecta, de una cuarta parte del PIB y del empleo generado en España.
2. VÍNCULOS ECONÓMICOS ENTRE PYMES Y MULTINACIONALES
Una vez conocida la contribución económica de las empresas multinacionales en España, tanto de manera directa como indirecta, este apartado identifica qué parte de ese impacto se produce como consecuencia de los vínculos entre sus filiales y las pymes españolas. En otras palabras, se dilucidan los efectos positivos generados sobre pymes y multinacionales fruto de su integración en las mismas cadenas de valor. Este capítulo tiene un doble objetivo. En primer lugar, cuantifica en qué medida las pymes españolas se benefician de sus ventas a las empresas multinacionales, y, en un segundo término, estima el beneficio que las compras de las pymes a las multinacionales reportan a estas últimas.
2.1 Las pymes como proveedoras de las multinacionales
Las filiales de las empresas multinacionales necesitan adquirir bienes y servicios a otras empresas para utilizarlos como insumos en sus procesos productivos. El impacto económico de esas actividades (efecto indirecto) se ha cuantificado en alrededor de 135.000 millones de euros de valor añadido en 2019. Para conocer qué proporción de esos pedidos recaen sobre las pymes españolas, se ha realizado una doble estimación:
• Análisis de la estructura sectorial de las compras de las filiales de multinacionales en España, a través de la Estadística de Filiales de Empresas Extranjeras en España, que ofrece datos sobre la distribución sectorial de las filiales y las Tablas Input-Output, que ofrece información sobre las compras de insumos que cada sector realiza a otros sectores.
• Análisis del tamaño del tejido empresarial de cada sector de actividad, a través de la Estadística Estructural de Empresas, publicada por el INE, de forma que se pueda identificar la cuota de las pymes en la actividad total de cada sector
Los resultados, a través de la metodología Input-Ouput, apuntan a que alrededor del 55% de las compras realizadas por las multinacionales en España recaen sobre pymes. En otras palabras, las pymes españolas generan anualmente un valor añadido cercano a los 74.000 millones de euros, gracias a las ventas que realizan a las multinacionales para que estas puedan desarrollar de manera óptima sus respectivas operaciones en España a través de sus filiales. Asimismo, para proveer a las empresas multinacionales con 135.000 millones de euros de valor de los pedidos, las empresas españolas deben emplear a cerca de 2,2 millones de trabajadores. De ellos, alrededor de dos tercios, el equivalente a 1,4 millones, están empleados en pymes.
Estos datos ponen de manifiesto que el vínculo entre las multinacionales y las pymes es superior en términos de empleo que de valor añadido. Por el contrario, las grandes empresas consiguen satisfacer el 45% de los pedidos de las multinacionales utilizando solo el 36% de los empleos necesarios. Esta situación podría ser el resultado de una relativa especialización por parte de las pymes en actividades más intensivas en mano de obra.
En efecto, alrededor del 19,7% del valor añadido generado por las pymes fruto de sus ventas a las empresas del sector comercio, seguidas de aquellas que ofrecen servicios profesionales (17,8%). Esto subraya que, en gran medida, los pedidos realizados por las filiales de empresas multinacionales recaen sobre las pymes de sus mismos sectores de actividad. Este mismo patrón se observa en términos de empleo, dado que alrededor de la mitad de los puestos de trabajo creados por las pymes para satisfacer la demanda de las multinacionales se concentran en los sectores de comercio y servicios profesionales.
En definitiva, estas estimaciones evidencian la relevancia de las ventas de las pymes a las empresas multinacionales en España. Así, uno de cada cuatro euros generados por las pymes españolas es directamente atribuible a los bienes y servicios que suministran a filiales españolas de empresas multinacionales.
2.2 Las pymes como clientes de las multinacionales
Una vez analizado en qué medida las multinacionales participan en el buen desarrollo de las pymes españolas, este apartado tratará de cuantificar la relación inversa, esto es, en qué medida las pymes contribuyen a la actividad de las multinacionales en España. En el primer capítulo del informe se ha enunciado que las ventas realizadas por las filiales de empresas multinacionales generaron un valor añadido cercano a los 124.000 millones de euros en 2019. Para conocer qué parte de esas ventas tienen como destino las pymes españolas, se ha seguido la siguiente estrategia metodológica:
1. Identificar la estructura sectorial de las ventas realizadas por las multinacionales en España, a través de la Estadística de Filiales de Empresas Extranjeras en España publicada por el INE.
2. Estimar el peso de la demanda intermedia sobre la demanda total en cada sector, es decir, la cuota que tienen las ventas a otras empresas sobre la demanda final, usando la metodología Input-Output.
3. Analizar el tamaño del tejido empresarial de cada sector de actividad, de forma que podemos conocer la cuota de las pymes en la actividad total de cada sector, a través de la Estadística Estructural de Empresas (INE).
Los resultados de este ejercicio subrayan que las pymes compran anualmente bienes y servicios a las multinacionales por un importe de 22.000 millones de euros, en términos de valor añadido. En otras palabras, alrededor del 18% del valor añadido generado por las filiales de multinacionales en España sería atribuible a las compras de las pymes. En esta misma línea, se estima que, para responder a la demanda de las pymes, las multinacionales debieron de emplear en 2019 a medio millón de trabajadores, el equivalente al 28% de su plantilla total en España.
De nuevo, estas cifras apuntan a que las compras de las pymes a las multinacionales son más exigentes en términos de empleo que de valor añadido, lo que podría indicar que las multinacionales que más venden a pymes están encuadradas en actividades más intensivas en mano de obra. Los resultados empíricos refuerzan esta hipótesis, en tanto y cuanto dos de cada tres empleos generados por las multinacionales para atender la demanda de las pymes se encuadran en filiales del sector comercio, actividades responsables de alrededor del 59% del valor añadido generado por la demanda de las pymes.
2.3 Impacto de la inversión extranjera sobre las pymes
El tercer canal por el que las multinacionales y las pymes interactúan en el mercado está vinculado con la inversión extranjera directa. Las empresas matrices pueden decidir incrementar su implantación en España mediante diferentes inversiones, cuyas beneficiarias serán sus filiales en nuestro país.
En promedio entre 2017 y 2019, las empresas multinacionales invirtieron alrededor de 36.000 millones de euros al año en España. Estas inversiones se traducen en compras que las empresas filiales receptoras realizan a otras empresas. Por ejemplo, la inversión en una nueva oficina requiere de la compra o del alquiler del edificio, su reforma, así como la adquisición de equipos (muebles, ordenadores, etc.) y suministros (luz, gas, etc.). Estas transacciones generan valor añadido sobre terceras empresas, quienes son las últimas beneficiarias de las inversiones.
De estos 36.000 millones de euros de inversión extranjera anual, alrededor de 16.000 millones de euros corresponderían a valor añadido generado por pymes españolas para responder a las necesidades de las filiales. En otras palabras, por cada euro invertido por las empresas multinacionales en España, las pymes españolas generan 0,45 euros de valor añadido para satisfacer los pedidos de las filiales.
El impacto de la inversión extranjera directa sobre las pymes está muy distribuido sectorialmente, si bien las actividades que más se benefician de manera indirecta de los flujos de IED coinciden con aquellas con mayor presencia de empresas multinacionales. Así, las pymes encuadradas en el sector de comercio y de servicios profesionales acaparan conjuntamente el 28% del valor añadido y el 42% del empleo generado para responder a los pedidos de las multinacionales. Destaca a su vez la relevancia de los servicios inmobiliarios y de construcción ofrecidos por pymes que, de manera conjunta, representan el 34% del total del valor añadido y el 13% del empleo.
3. DINAMISMO EMPRESARIAL
Hasta ahora, el informe ha abordado el vínculo entre pymes y empresas multinacionales desde una perspectiva estática, es decir, cuantificando el valor añadido y el empleo generados por los intercambios entre estos dos colectivos de empresas en un momento dado (2019). No obstante, también resulta de interés complementar estos resultados a través de un enfoque dinámico analizando cómo la interacción en el mercado entre pymes y multinacionales contribuye a su desarrollo mutuo.
3.1 Desarrollo de las pymes y actividad de las multinacionales
En este punto se analizarán los efectos que las ventas de las pymes a las multinacionales generan sobre el desarrollo de las primeras. Desde un punto de vista intuitivo, resulta razonable pensar que cuanto mayor sean las ventas de las pymes a las multinacionales, mayores ingresos obtendrán estas empresas, lo que contribuirá a su desarrollo empresarial. A su vez, partiendo de la base de que las empresas multinacionales suelen ser más grandes, es probable que sus compras a las pymes sean de naturaleza recurrente, lo que también repercutirá sobre la estabilidad de los ingresos de las pymes.
La evidencia empírica parece confirmar estas hipótesis teóricas. En efecto, se observa que en aquellos sectores en donde las pymes realizan más ventas a las multinacionales, las primeras tienden a permanecer activas en el mercado durante más tiempo.
• En promedio, como se ha comentado anteriormente, el 25% del valor añadido de las pymes sería atribuible a sus ventas a las multinacionales. A su vez, en promedio entre 2004 y 2018, alrededor del 48% de las pymes se mantuvieron activas 5 años después de su creación.
• En sectores como la industria de equipo de transporte, los servicios inmobiliarios o la energía, el peso de las ventas a multinacionales en el valor añadido de las pymes supera el 40%, y la tasa de supervivencia de las pymes ha rondado el 60% durante las últimas dos décadas.
• Por el contrario, en sectores como la hostelería o la industria textil, el peso de las ventas a multinacionales en el valor añadido de las pymes es inferior al 10%, y la supervivencia de las primeras entre 2004 y 2018 ha sido inferior al 44%.
En esta misma línea, la tasa de mortalidad empresarial (número de empresas que cierran cada año respecto al stock total de empresas) ha sido mayor en aquellos sectores que menos vínculos tienen con las empresas multinacionales establecidas en España, como la hostelería y el textil, mientras que la resiliencia observada por las pymes de los sectores de la energía o los servicios inmobiliarios parece estar vinculada con las ventas que estas realizan a las empresas multinacionales.
3.2 Actividad de las pymes y desarrollo de las multinacionales
Este punto tiene como objetivo complementar los apartados anteriores mediante la perspectiva inversa, es decir, en qué medida la demanda de las pymes contribuye al éxito de las empresas multinacionales en España. Desde un punto de vista teórico, este vínculo puede parecer menos fuerte que el analizado anteriormente, dado que las compras que realizan anualmente las pymes a las multinacionales solo representan el 18% del valor añadido total de estas.
Además, el desarrollo de las filiales de las multinacionales en los distintos países puede responder en mayor medida a decisiones estratégicas globales de las matrices, que a sus vínculos con empresas locales.
No obstante, la evidencia empírica parece contradecir estos postulados teóricos, y los datos apuntan a la existencia de una fuerte relación entre las compras de las pymes y el crecimiento de las multinacionales en España.
• De media en 2019, el 18% del valor añadido de las empresas multinacionales se podría atribuir a las compras de las pymes. A su vez, entre 2008 y 2018, la cifra de negocios de las filiales de multinacionales en España creció a un ritmo medio anual del 4,1%, al tiempo que sus empleados lo hacían a un 3,3%.
• En las filiales que ofrecen servicios inmobiliarios o de hostelería, las compras de las pymes representan más de un 40% de su valor añadido, y la cifra de negocios de estas filiales creció entre 2008 y 2018 a un ritmo superior al 10% anual y sus trabajadores a más de un 6,5% anual.
• Por el contrario, las multinacionales que, por ejemplo, fabrican bienes y equipos de transporte apenas venden menos del 1% de sus productos a pymes, y su ritmo de crecimiento entre 2008 y 2018 ha sido relativamente lento, menos del 4% anual en términos de cifra de negocios y menos de un 2% en términos de empleo.
En definitiva, este apartado ha puesto de manifiesto que, más allá de las decisiones de las empresas matrices, el desarrollo de sus filiales depende en gran parte del volumen de demanda en los mercados en los que operan, factor sobre el que influyen las compras que las pymes realizan a estas filiales. Para el caso español, los datos observados durante la última década evidencian que las filiales que más han crecido en el mercado doméstico son precisamente aquellas que tienen a las pymes entre sus principales clientes.
4. PERSPECTIVAS A CORTO Y MEDIO PLAZO
Una vez analizada la magnitud del vínculo económico entre las pymes españolas y las multinacionales, es de interés anticipar su posible evolución de cara a los próximos años. En primer lugar, conviene destacar que los resultados presentados hasta ahora no contemplan el impacto de la pandemia de la Covid-19 en los intercambios entre pymes y multinacionales, puesto que la estimación se detiene en 2019. No sería de extrañar que, en 2020, y en línea con lo ocurrido para el conjunto de relaciones comerciales en España, aquellas entre pymes y multinacionales también sufrieran las consecuencias de las restricciones a la actividad. Asimismo, la situación en 2021 y 2022, si bien se espera que sea mejor a la de 2020, tampoco está exenta de turbulencias.
Más allá del posible impacto de la crisis energética sobre los pedidos y las ventas de multinacionales y pymes, el elemento con mayor potencial de impacto está vinculado con las tensiones en las cadenas de valor globales. Si bien la separación geográfica de las distintas etapas de la cadena de producción tiene sus ventajas en términos de eficiencia y ahorro de costes, dicha estrategia también es vulnerable ante shocks exógenos, tal y como ha quedado patente durante el bienio 2021-2022. Por un lado, las diversas restricciones durante la pandemia provocaron la paralización de la producción mundial, lo que afectó de manera particular al mercado de los semiconductores. La tasa de crecimiento anual de la producción de estos bienes en Corea del Sur se desplomó del 45% al 9% en los seis meses posteriores al estallido de la pandemia. Este parón en la producción, unido a una rápida recuperación de la demanda, se tradujo en una escasez en el mercado de este tipo de componentes.
Como consecuencia de todo ello, las filiales de empresas multinacionales en España de las industrias más dependientes de la importación de estos materiales (automoción, electrodomésticos, aparatos electrónicos) no han podido satisfacer todos sus pedidos durante los últimos dos años, y, por tanto, las compras realizadas por las pymes a las multinacionales en este tiempo han podido verse afectadas a consecuencia de este escenario. No obstante, parece que esta situación comienza a corregirse, y la producción coreana de semiconductores ha vuelto a crecer a ritmos interanuales superiores a los dos dígitos. A su vez, las existencias de semiconductores en las fábricas coreanas, que a mediados de 2021 se contraían a una velocidad del 25% anual, a finales del verano de 2022 ya crecían a más de un 80%.
Paralelamente, el año 2021 también estuvo marcado por los cuellos de botella en el transporte marítimo por contenedores. Este es un aspecto central en el ámbito del comercio internacional, dado que el 80% del volumen de comercio a escala mundial se realiza por mar (UNCTAD). Estas fricciones se han originado como consecuencia de los numerosos controles sanitarios que todavía persisten en los puertos (desinfección de barcos e instalaciones portuarias, cierres temporales por brotes de coronavirus) que ralentizan los cambios en las tripulaciones y amplían los tiempos en las labores de carga y descarga. Dichas fricciones logísticas, unidas a una oferta de barcos rígida en el corto plazo, han provocado congestiones en los puertos y escasez de contenedores, aumentando los precios de estos.
El origen de los retrasos se localiza en Asia, donde se encuentran los nueve puertos con más tráfico del mundo, y en concreto en China, que cuenta con cuatro de los cinco mayores puertos. La alta densidad de población del gigante asiático junto con la relativamente baja eficacia de las vacunas chinas ha propiciado que las autoridades hayan impuesto severas medidas sanitarias para contener la expansión del coronavirus, lo que ha alterado de manera notable la actividad económica en general y la logística en los puertos en particular. De esta forma, las rutas marítimas desde el sudeste asiático han sido las que más han visto crecer los precios de los fletes.
Por lo tanto, muchas filiales españolas de empresas multinacionales vieron retrasarse, incluso cancelarse, numerosos pedidos que hicieron a sus matrices o a otras filiales ubicadas dentro de su cadena de valor. Sin embargo, parece que las fricciones en el transporte marítimo ya están amainando, en tanto que el coste de llevar un contenedor de Shanghái a Rotterdam tocó máximos en septiembre de 2021 (15.000 dólares) y desde entonces no ha dejado de bajar, situándose en septiembre de 2022 en los 6.000 dólares, niveles no obstante ampliamente superiores a los registrados antes de la pandemia (2.500 dólares).
En este sentido, si bien las tensiones en las cadenas globales de valor registradas tras la pandemia de la Covid-19 (tanto en el ámbito de los semiconductores como en el transporte marítimo) han podido perjudicar la relación entre pymes y multinacionales durante los dos últimos años, no parece que estos elementos vayan a ser un factor de riesgo para sus intercambios mutuos a medio plazo. En efecto, se espera que, tras la contracción en 2020 debido a la Covid-19, el número de empleados de las empresas multinacionales en España recupere su nivel pre-pandemia durante 2022, mientras que el valor añadido generado por estas filiales se recupere en 2023. De cara a los próximos años, el refuerzo de los lazos entre pymes y multinacionales en España dependerá en gran medida de la capacidad de anticiparse y adaptarse a sus necesidades en un entorno de fuerte competencia.
5. MEDIDAS PARA EL REFUERZO DEL VÍNCULO ENTRE PYMES Y MULTINACIONALES
5.1 Fortalecimiento de la posición de las pymes
Tal y como se ha observado en el apartado 2.1 Las pymes como proveedoras de las multinacionales, en 2019 el valor añadido generado por las ventas de las pymes a las multinacionales ascendió a 74.000 millones de euros, el equivalente al 25% del total del valor añadido generado por las pymes españolas. Así, se muestra que los principales clientes de las pymes son las empresas de capital español (39% del valor añadido), seguidas de los hogares (36%). Por tanto, la cuota de las empresas multinacionales en la cartera de ventas de las pymes es relativamente menor que la de otros colectivos, si bien las empresas multinacionales conforman un grupo de tamaño comparativamente reducido.
Para que las pymes aumenten sus ventas a las empresas multinacionales, deberán incrementar la calidad y la sofisticación de la oferta de productos, con el fin de mejorar su competitividad frente a las grandes empresas que están proveyendo a las multinacionales.
Conviene recordar que, el 45% de los insumos adquiridos en España que necesitan las filiales de multinacionales los compran a grandes empresas y el 55% a pymes. No obstante, existe un importante grado de heterogeneidad sectorial. Mientras que en sectores como el inmobiliario, el textil o la hostelería, las pymes acaparan casi todas las compras de las multinacionales, en otras actividades como las finanzas, la industria del transporte o las TIC, las multinacionales tienden a elegir a grandes empresas para proveerse.
En general, el peso de las pymes en la provisión de bienes y servicios a las multinacionales es comparativamente reducido en ciertas ramas industriales (industria del transporte, agroalimentaria, química, farmacéutica y plásticos), así como en servicios avanzados (finanzas, TIC, educación, sanidad y transporte).
5.2 Fortalecimiento de la posición de las multinacionales
Actualmente, el valor añadido generado por las filiales españolas de empresas multinacionales, fruto de las compras realizadas por pymes, asciende a 22.000 millones de euros.
Esta cifra supone el 18% del total de su valor añadido en España, lejos del peso que tienen las grandes empresas (57% del valor añadido) o los hogares (25%), dentro su cartera de clientes.
La importancia relativa que tienen las compras de las pymes tampoco es homogénea por sector. Hay sectores donde las filiales venden una parte importante de sus bienes y servicios a pymes españolas, como el caso de las actividades de comercio (47% del valor añadido es gracias a las compras de pymes), inmobiliarias (36%) o hosteleras (29%). Por el contrario, las pymes no son un cliente muy relevante de las filiales de multinacionales industriales. Con el fin de aumentar las compras que las pymes realizan a las multinacionales, estas deberían adaptar su oferta de bienes y servicios a las necesidades de las primeras, que son distintas a las de las grandes empresas y a las de los hogares.
En el contexto actual, las pymes españolas deben afrontar importantes cambios en sus estructuras organizativas y en su oferta de productos, con el fin de adaptarse a las crecientes exigencias medioambientales, y aprovechar las ventajas derivadas de la digitalización.
Por gentileza de:
INFORMACION COMPLEMENTARIA:
https://www.investinspain.org/content/dam/icex-invest/documentos/publicaciones/sectores/otros/Informe-Pymes-Multinacionales.pdf
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