Existen diversos aspectos del mercado que no se pueden controlar para garantizar el éxito de una empresa, y ante ellos lo único que queda es adaptarse. Sin embargo, es posible hacerse cargo de factores que sí están bajo tu control, como un plan estratégico empresarial: la base de cualquier modelo de negocio.
Aumentar la rentabilidad de una empresa, optimizar la calidad de sus servicios, implementar una nueva línea de productos, entre otros, son propósitos que solo pueden cumplirse cuando todos los directivos, ejecutivos y colaboradores tienen una directriz como referencia a partir de la cual ejecutar sus labores. Por ello vamos a ver qué es el plan estratégico de una empresa, cuál es su importancia, cómo puedes elaborar un plan adecuado para tu negocio y algunos ejemplos reales.
Manera en que tu negocio se va a desarrollar a corto, mediano y largo plazo.
Este plan se basa en proyecciones cuantitativas y cualitativas para determinar cuáles son los paradigmas que la empresa debe seguir para lograr sus objetivos y aumentar su rentabilidad.
La creación de un plan estratégico es un ejercicio que le permite a una organización saber qué quiere conseguir en el futuro y cómo lo va a lograr por medio de recursos, procedimientos y acciones. Para idear, proyectar, decidir y realizar los objetivos es necesario valerse de la experiencia y de herramientas cualitativas, como la investigación, la experiencia, el análisis DAFO, entre otras.
Por el lado cuantitativo, es vital precisar cuáles son los recursos con lo que se cuenta para cumplir los objetivos. Es importante realizar un presupuesto maestro que abarque todos los aspectos necesarios para llevar a cabo tu plan estratégico. A la vez, es imprescindible fijar los tiempos para cada etapa del desarrollo. Cuanto más específico sea, mejor.
¿Para qué sirve el plan estratégico de una empresa?
El valor de un plan estratégico reside en determinar el rumbo de una empresa. Es un documento que establece las medidas futuras que se van a realizar para disminuir los riesgos e incertidumbre en el mercado. Una vez que esté clara la situación actual y cuáles son los próximos objetivos será mucho más fácil conducir a la organización a un crecimiento potencial.
Además de indicar la dirección de una empresa, un plan estratégico sirve para detectar las oportunidades de negocio y aminorar considerablemente los factores negativos externos que puedan contrarrestar sus beneficios. De igual modo, este plan ayuda a impulsar las fortalezas de la organización y a reducir sus puntos débiles.
¿Cómo hacer el plan estratégico de una empresa?
1. Define propósitos de la empresa
Primero debes sentar las bases de qué es tu empresa, a qué rubro pertenece, cuáles son sus principios y qué es lo que quiere lograr. Para esto debes definir los siguientes puntos.
Misión: es la razón de ser de una empresa, es decir, para qué ofrece determinado producto o servicio y qué intenta aportar al mercado y al cliente. Al definir estos aspectos también está determinando quién es.
- Visión: es una visualización del futuro de la empresa; por medio de ella proyecta sus objetivos, sus ganas de crecer y su motivación para seguir avanzado. La visión tiene que ser alcanzable y objetiva.
- Valores: son el cúmulo de principios éticos con los cuales una empresa se rige para llevar a cabo sus actividades en todas las áreas que la componen y que prevalecen en el tiempo.
2. Haz un análisis interno y externo
En esta etapa corresponde hacer una averiguación profunda de la organización. Es importante examinar los procesos internos e investigar qué está pasando alrededor y ahondar en los asuntos que tengan que ver con tu compañía. En este caso puedes usar el análisis DAFO (que mide debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades).
Para los factores internos es necesario que prestes atención a las diferentes áreas de la empresa, los colaboradores y las finanzas. Una vez que los hayas detectado, divídelos en:
- Fortalezas: son los aspectos positivos de tu empresa que te ayudan a destacar entre los demás y, por lo tanto, son parte de tus ventajas competitivas; pueden ser materias primas de gran calidad, un servicio excelente, entre otras.
- Debilidades: son los procesos dentro de la empresa que requieres mejorar, ya que pueden entorpecer el desarrollo de la misma; por ejemplo, demasiados procesos administrativos, poco control de calidad, retraso en las entregas, etc.
Respecto a los factores externos puedes apoyarte en un estudio de mercado, así investigarás los principales competidores y te informarás sobre los cambios legales y políticos pertinentes a tu sector. Los puedes dividir en:
- Oportunidades: son situaciones del entorno que no están a cargo de la empresa, pero la benefician de manera directa o indirecta; por ejemplo, nuevos mercados.
- Amenazas: corresponden a los aspectos externos a la empresa que pueden llegar a perjudicarla; están muy relacionadas con los competidores, la economía, las leyes, etc.
3. Puntualiza objetivos y estrategias
Una vez que tengas un diagnóstico de cómo se encuentra tu empresa interna y externamente, puedes determinar cuáles serán los principales objetivos de negocio; por ejemplo: aumentar la rentabilidad, mejorar la administración de los recursos, desarrollar el branding y la publicidad digital, cimentar una ventaja competitiva, construir una fuerte organización empresarial, entre otros.
Con base en el análisis DAFO determinarás qué estrategia es la mejor para alcanzar el éxito
- Estrategia ofensiva o de crecimiento. Aprovecha las fortalezas y oportunidades.
- Estrategia de supervivencia o retirada. Optimiza las debilidades y evita las amenazas.
- Estrategia de reorientación o refuerzo. Aprovecha las oportunidades y trasciende las debilidades.
- Estrategia defensiva. Se protege de las amenazas.
Para profundizar en este aspecto, echa un vistazo a nuestro artículo sobre cómo hacer un análisis DAFO y los tipos de estrategias que se derivan de él.
4. Calcula el presupuesto
Como en cualquier actividad empresarial es necesario hacer una estimación de los recursos que se van a destinar para llevar a cabo el plan estratégico. En este documento es necesario registrar cada uno de los costos que conlleva y los posibles ingresos que se generarían. A partir de entonces se determina también la viabilidad del proyecto.
5. Desarrolla un plan de acción
Aquí es fundamental crear un programa que contenga la línea de las acciones a seguir para conseguir el éxito de la estrategia empresarial. Se debe precisar también quiénes son los responsables de llevar a cabo esas tareas y cuál es el tiempo que tienen para desarrollarlas.
Asimismo, se requiere una hacer una jerarquía de las actividades que resultan más prioritarias que las demás. En esta etapa te puedes ayudar perfectamente de un diagrama de Gantt o un mapeo de procesos.
6. Implementa tu plan
Cubiertos los pasos anteriores, es momento de inaugurar tu plan estratégico empresarial para alcanzar los objetivos propuestos. La motivación y la disciplina serán los ingredientes principales para cumplir con cada una de las actividades que planeas. Los directivos y colaboradores de cada área desempeñarán un papel fundamental para obtener los resultados esperados.
Ahora ya sabes que un plan estratégico es una de las bases del éxito de cualquier empresa. Es una herramienta que nos ayuda a organizar, proyectar y desarrollar nuestras ideas de negocio. Existen diferentes tipos de planes y para diversos propósitos; basta con definir cuál es tu objetivo para que comiences a crear el tuyo.
Escrito por David Torres @dtorreshubspot
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