Los millonarios lo tienen todo resuelto, ¿cierto? Aprende de esta lista de lecciones de millonarios que se hicieron a sí mismos.
Soy millonario. Vamos... dilo en voz alta. Se siente bien, ¿verdad? La mayoría de las personas adoran el estatus de millonario, aunque su orientación no sea hacia el dinero; todavía hay una atracción por serlo. Pero vale la pena entender la noción de lo que realmente significa ser millonario antes de embarcarte en un viaje hacia esa vida. Así que aquí hay cinco lecciones de millonarios que se han hecho a sí mismos.
Antes de arrancar, déjame decir que algunas de estas lecciones son mías. A mediados de mis años veinte ya había construido y perdido dos fortunas multimillonarias. Las cosas se pusieron sombrías y oscuras para mí en un momento. Basta decir que he entrado al túnel y salido del otro lado. Pero, desde entonces, he reconstruido mi fortuna en un terreno mucho más sólido. Soy millonario, pero lo he logrado como una consecuencia más que como un objetivo.
De todos modos, ya basta de mí. Echemos un vistazo a estas cinco lecciones aprendidas de millonarios que se han hecho a sí mismos.
1. Tener un millón de dólares en el banco no te convierte automáticamente en una persona abundante
Esta es una gran regla para muchas personas. Un millón de dólares es una línea en la arena. Es un río (como el Rubicón) que cruzar y del otro lado están la felicidad y la estabilidad, ¿verdad? El problema con este enfoque es que el dinero no le da ningún pensamiento a tu carácter. Si no trabajas en ti mismo, tener un millón de dólares no cambiará mágicamente tu carisma y personalidad.
Los millonarios pueden ser tan tacaños con sus finanzas como el resto de nosotros. Así que, si te sientes atraído por la libertad y la alegría que te daría un millón de dólares, haz que sean la libertad y la alegría tu objetivo. No el dinero.
2. El dinero no es la raíz de todo mal
No sé si eres como yo, pero crecí en un hogar cristiano y conservador. Mis padres emigraron al Reino Unido desde Zimbabue antes de tener hijos, trayendo consigo sus valores anti consumistas.
En cierto sentido tenían razón. El dinero no te va a resolver. Tú tienes que resolverte a ti mismo. Pero un millón de dólares tampoco te convertirá en un genio malvado con bigote. Nuestra sociedad occidental se ha aferrado a la creencia de que un millonario es un monstruo moderno. Pero al mismo tiempo nuestra sociedad adora a los millonarios.
El dinero en sí mismo no tiene brújula moral. Es simplemente un facilitador. Amplificará quién eres, así que te sugiero que primero definas bien eso.
3. El tiempo es más valioso que el dinero
Esto puede sonar como un consejo que no vas a escuchar si eres alguien esterado porque no tiene suficiente dinero o tiene que trabajar duro para obtenerlo.
Pero es cierto. Un factor importante para que las personas se conviertan en millonarias es lograr el estilo de vida que realmente querían. Simplemente asumieron que necesitaban ser millonarios para experimentarlo. Entonces se dan cuenta de que no quieren sacrificar más de su tiempo.
Pregúntale a cualquier millonario por qué cosas está dispuesto a pagar más y probablemente encontrarás bienes o servicios que les ahorra tiempo. Personalmente: pago por viajes en primera clase. Sí, porque me gusta la naturaleza lujosa de la misma, pero más que eso, la capacidad de saltarme las colas y trabajar más en un vuelo me ahorra una enorme cantidad de tiempo. Tengo una asistente y una niñera y pago a otros para que me ayuden a dirigir mis operaciones diarias. Esto me permite ser eficiente y evita que pierda mi tiempo con las tareas administrativas.
Yo (y mis clientes) valoramos mi tiempo. Ayuda mucho que seas consciente de ello en cualquier negocio. Necesitarás el apoyo de los demás. No hay suficientes horas en el día para hacerlo todo usted mismo (lo que convierte en burla a esta tendencia de "hágalo usted mismo").
4. Encuentra a un mentor
No estoy exagerando. Para reiterar el último punto: tu tiempo es precioso. Es la única mercancía que ya nadie fabrica. Tener un mentor te ayudará a ahorrarte la etapa de prueba y error.
Nadie se hizo realmente a sí mismo. Todos nos paramos sobre los hombros de gigantes de una manera u otra, ¡así que asegúrate de estar parado sobre los hombros del gigante más alto que puedas encontrar! Avanzarás más rápido hacia tus objetivos financieros y comerciales en una llamada telefónica o en una comida que en una década de tratar de resolverlo todo tu mismo., Confía en mí.
5. Practica la gratitud
La gratitud es una práctica grandiosa. ¡Es una de las formas más efectivas de cambiar tu experiencia y no cuesta nada! Tu subconsciente está programado para buscar cosas que apoyen el status quo y, en última instancia, te mantengan a salvo. Con ese fin, el Sistema de Activación Reticular filtra la información irrelevante. Así es como puedes cazar y huir del peligro.
Para darle a eso un contexto moderno: cuando entras en un Starbucks pones tu atención en el menú y no lo que lleva puesto el chico de la mesa de la esquina. Tú subconsciente simplemente busca mantener el status quo: no te ha matado. Así de básica es la programación de tu mente, pero considerando que esta es la parte más antigua de tu cerebro, se ejecuta con en "software" pre-intelecto.
Esto no significa que no se pueda reprogramar. Debes aprender a codificar en su lenguaje, también conocido como energía emocional. Si puedes empieza a generar a tu cabeza evidencia de que una nueva situación no solo es segura sino también deseable. Esto te ayudará a buscar más experiencias similares. La gratitud es uno de los trucos más increíbles para esto.
Al practicar la gratitud (es decir, buscar activamente cosas por las que estar agradecido en cada escenario, sin importar cuán pequeño sea), esencialmente estás hackeando tu subconsciente. Estás contaminando tu medio ambiente con gratitud y creando una bola de nieve hacia el éxito. Esto te ayudará en tu viaje de crecimiento porque te darás cuenta (como yo y muchos otros antes que yo) de que un millón de dólares no pueden darte una vida por la que vayas a sentirte agradecido.
Solo tú puedes darte hacer eso.
Por Daniel Mangena
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