- ¿Qué oferta tengo para el mercado?
- ¿Por qué quiero comenzar mi empresa?
- ¿En dónde me veo como empresario a corto, mediano y largo plazo?
- ¿Es realista mi proyecto?
Recuerda siempre:
iegeformaciónyconsultoria@gmail.com (Dpto. de Información de Programas)
Saludos cordiales,
Pedro Rubio Domínguez (MDI)
Cuando se le pregunta a los jóvenes “cómo se imaginan su futuro”, la respuesta suele ser contundente: “me quiero preparar unas oposiciones”.
Ante esta respuesta solemos echarnos las manos a la cabeza y pensar que la juventud está perdida, que no es ambiciosa y que buscan “el mínimo esfuerzo”.
Sin embargo, lo que realmente pienso es que la juventud no es tonta. Con un tanto por ciento muy alto de paro juvenil, y con unas perspectivas terribles para asumir cualquier plan de futuro como, por ejemplo, tener una vivienda digna o crear una familia, y que se convierte en un deporte de altísimo riesgo, la juventud opta por opciones que le proporcionen más seguridad.
No está la cosa como para, además, sumar a la ecuación emprender una aventura que, según las estadísticas (el 90% de las empresas fracasan en el primer año), acabará en muerte segura.
Con estos datos, lo que no logro entender muy bien es la paradoja de invertir de manera desmedida en planes para el fomento del emprendimiento sin hacer caso a la realidad de las empresas de nuestro país, la mayoría de ellas pymes, y en muchos casos, familiares.
Se echa en falta en muchas ocasiones un plan de competitividad y de consolidación de las compañías ya creadas. Decía al inicio que la juventud no es tonta y echa cuentas, y cree que si emprende y le va mal se quedará con una deuda que, a veces, te marca para el resto de tu vida.
Y que, si le va bien, va a tener que invertir una parte, cada vez más cuantiosa, en un Estado que no gestiona los recursos de la mejor manera.
Al final es fácil pensar que hacerse funcionario es la única opción que hay en nuestro país para tener una vida digna. Si reflexionan, vivimos en un entorno en el que el ser empresario está mal visto, sobre todo si le va bien. No se equivoquen, porque las empresas tienen un poder transformador increíble.


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